Batalla campal

Ayer a la tarde Bilbao volvió a ser campo de batalla. Los que se dedican a quemar contenedores aprovecharon la manifestación convocada en contra de las ilegalizaciones de Askatasuna y D3M para hacer de las suyas. Quemaron y destrozaron mobiliario urbano y aterraron a la población mientras la Ertzaintza cargaba. Lo de siempre. Una minoría que se cree dueña del país monta lío. Luego la culpa será de los demás. Los reyes del victimismo vendrán a decirnos que la Ertzaintza es mala malísima y ellos buenos buenísimos pero las imágenes no engañan. También intentaron quemar un autobús pero según parece la gente no quiso bajarse. Un signo de que las cosas cambian.

Y este parece el principio de campaña de Herri Batasuna. Organizar una manifestación y que sus elementos más radicales se descontrolen y monten el caos en Bilbao mientras insultan a periodistas. Luego nos vendrán con manifestación de presos con familiares alicaídos que humanicen a éstos. Siguen a dos bandas. Por un lado, quieren conservar el voto “ortodoxo” con este tipo de actos y por el otro, quieren conservar el voto más crítico con la violencia pero que es muy sensible a los presos. Además, utilizarán la ilegalización de sus listas para ahondar en su victimismo y cargar contra quien es su enemigo político.

El PNV lleva siendo desde hace un tiempo el centro de sus críticas. Da igual que sea el PSOE o el PP quienes “ilegalicen” sus listas que los jeltzales se llevarán la peor. Ayer el colofón del fin de fiesta fue el ataque al Batzoki de Tendería en el Casco Viejo de Bilbao. Otro signo más por el cual tengo que claro que con el mundo este actualmente no se puede hacer nada. O dejan los cócteles molotov y las pistolas o va a ser imposible que nadie les tome en serio. Que lo piensen porque cuantas más batallas campales haya, menos votos obtendrán. Por mucho que intenten camuflar su fracaso con los votos nulos.