sábado, 31 de diciembre de 2016

2016, un año de "democracia danesa"

 Siguiendo la tradición, prosigo en resumir el año 2016 que ha tenido Martín. La verdad no se puede quejar, todo lo que parecía irle bien en 2015 se ha "normalizado" en 2016: un trabajo exigente pero satisfactorio, nuevas amistades que le han permitido seguir conociendo nuevos sitios y experiencias; sin perder antiguas amistades o experiencias, y calma en su contradicción principal. No se puede quejar Martín, ha entrado en lo que podríamos llamar una "democracia danesa": un estado en el que se han conseguido unas bases muy buenas, por ejemplo, vivir en euskera; todo funciona bastante bien, pero en el falta épica. ¿Mejor así que las locuras de 2014, verdad? Creo que Martín está de acuerdo, a pesar de que eche de menos algunas curvas, pero él sabe que hoy por hoy está en una situación casi óptima.

Por eso creo que el resumen de este año va a ser algo corto. Ha habido cosas que han cambiado, por ejemplo, su amama ha pegado un cierto bajón, pero él sigue yendo a verla, sabiendo que 93 años son muchos; y otras que no, su ama sigue en Madrid, pero bien podríamos decir que Martín vive mejor que en 2015 y, sin lugar a dudas, infinitamente mejor que en 2013 o 2014. Ya no está perdido, ya sabe qué quiere hacer, y lo hace, y además en el ocio puede hacer un montón de cosas que antes quería hacer y no tenía con quien (descubrir Iparralde, por ejemplo). En pocas palabras, ha disfrutado de 2016, ha vivido muy buenos momentos como EHZ, Formentera, Aste Nagusia o el BBK Live y a 2017 le pide salud, que haya otros muy buenos momentos y seguir en el camino comenzado en 2015.

Así que solo me queda desearos feliz año nuevo y nos vemos en 365 días.

URTE BARRI ON!!! FELIZ 2017!!!!

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Una película: Amanece que no es poco (José Luis Cuerda)
Una canción: Astelehenak (Izaro Andres)

Un libro: Al este del Edén (John Steinbeck)


Un disco: Neguaren ostean (Mikel Uraken)

Un mes: Julio

Afición: Bañarme en el mar

Un concierto: Willis Drummond en Euskal Herria Zuzenean

Una frase: "klentxak"



sábado, 3 de septiembre de 2016

Mi vertedero sentimental

Es curioso, pero hay veces en las que no sabes qué sientes. Digo curioso, porque lo normal sería saber por qué estás así, sobre todo cuanto más te conoces; pero hay veces en las que los sentimientos se diluyen y es complicado saber dónde empieza uno y acaba el otro. Es como cuando entrevistas a alguien que admiras, no sabes dónde empieza el periodista y acaba el fan. También es curioso cuando consigues algo que tu cabeza dice “sí” y tu corazón “quizás”. Es curioso porque deberías estar orgulloso: has podido con las tentaciones y te has ahorrado un par de ridículos. Uno de los ridículos sería el rechazo, pero claro, cuando hablan las inseguridades nadie más escucha. Solo sientes una especie de vacío: es tu seguridad que se ha ido a por tabaco.

Es curioso, pero hay veces en las que te levantas de la cama y solo te apetece escuchar Los Piratas. Quieres oír Te echaré demenos y estar triste; sentirte como alguien a quien han dejado, pero no te sale. Es para autcompadecerte, recordarte que eres el mejor y que la vida sigue adelante, como en las películas, solo faltan la barra y la copa y decir “¿de todos los bares de Bilbao tuviste que venir al mío?”. Pero es mentira. No tienes bar. No estás mal. Querrías estarlo y no lo estás. Es curioso porque tus inseguridades hablan y estás desolado. Te gustaría estar mal para abrazarte. Pero no te han dejado. Piensas, luego dices, que te gustaría tener cerrados muchos capítulos cuando, en el fondo, sabes que tener una novia perfecta es el camino al bostezo. Todo eso, mientras escribes un par de renglones torcidos para desahogarte. Peores son las drogas. Y llorar, claro. No hay nada peor que llorar por nada.

Es curioso, pero hay veces en las que conoces a alguien, sientes un “clic” y el mundo se para. A mí no me ha ocurrido. Bueno, no últimamente. Hay otras veces en las que conoces a alguien y te abre puertas que pensabas cerradas. Es una sensación rara, porque el amor, se supone, es específico, individual y particular, pero en este caso es genérico, te recuerda que aún hay gente fuera que merece la pena conocer. Por eso, es difícil que cuando las cosas no salen sentir algo concreto, algo más que una pena genérica; un “casi estoy desolado”, algo más que un “voy a escuchar Turnedo para escavar en mis emociones”; que se diluye en distintas excusas (“Ojalá vivieras aquí”). Es curioso, porque una lágrima se asoma y piensas, “jode, cuánta mierda estoy soltando” y te acuerdas de los “quizás” que ocurrieron, y de los que no ocurrieron y, claro, de que cuando pones una canción de amor no piensas en nadie en concreto y sientes un vacío, como si estuvieses obligado, por naturaleza o por inercia, a estar enamorado de alguien. Aún no has puesto orden en ti mismo. Tienes heridas sin cerrar.

Es curioso, pero este blog es una especie de vertedero sentimental. Un lugar donde echar las piedras que llevo en la mochila. Podría haber sido otra cosa, un blog de opinión, o de, yo qué sé, cocina, pero no, es un vertedero sentimental en el que, como en las conversacionesde Whatsapp de un domingo por la mañana, recorres miga a miga los sentimientos de la noche anterior. Y mis sentimientos, algunos, claro; son estos. Claro que me gustaría amar a alguien, pero no me sale. Claro que me gustaría sentirme triste por anoche, pero no lo estoy. Claro que me gustaría abrazarme a mí mismo, pero no lo necesito. Claro que me gustaría autocompacerme, pero es estúpido. Es curioso, pero hay veces en las que los recuerdos pasan por delante de uno, como esos coches que ves por la calle una vez y nunca vuelven, y otras en las que se quedan anclados, como tu sonrisa, y piensas, ‘qué bonito sería’, aunque sabes que lo dices por decir; porque has recuperado la ilusión, pero no sientes pena, más allá de algo genérico; porque esa sonrisa no te acompañe. Es curioso, pero hay veces en las que ocurren estas cosas.