jueves, 16 de diciembre de 2010

Omenaldi xume batzuk

Xabier Lete joan zaigu. Aspalditik gaixorik zegoela bagenekien. Hala ere, euskal kulturarako oso kolpe latza izan da heriotza. Xabier Lete geure kulturaren ikur handienetariko bat izan da. “Izarren hautsa” edo “Xalbadoren heriotza” kantu ospetsuak dira gaur egun, edozein herriko jaietan entzuten direnak, alegia. Dena den, hau ez da artikulu xume hontan azpimarratu nahi nuen aspektua. Neuri benetan harritu eta hunkitu egin didana, zera izan da: Lourdes Iriondo-ri zion maitasuna. Hori izan da aspalditik Xabier Leteren miresgarri iruditu zaidan alderdia. Nik ez nuen bera ezagutzeko aukera, baina egunkarietan leitu dudanez, Lourdes Iriondorekin txundituta zegoen. Bere emaztearen heriotza bere gaixotasuna larritu zuela ei da. Nire “abuela” zendu ostean, nire aititea ere arinago hil zen. Hori da, azken finean, gizakiok faltan duguna: bizitzeko beste pertsona bat, orekatzen gaituen beste adiskide, lagun eta min bat, berarekin amildegian behera abiatzeko prest gaudenarekin.

Biak, beste asko bezala, istorio erromantikoei bizitza ematen zieten eta eroi erromantiko bezala, maitasunak hil zituen. Ezin zituzten beraien ametsak egi bilakatu, betirako amodioak joan baitzitzaizkien. Hauxe da Xabier Leteri eskaini nahi nion omenaldi xumea eta, horren harira, nire Abuelori ere. Batek euskaraz idatzi diren olerki sakonenenetakoak izkribu ditu. Besteak bere senidea aurrera ateratzea lortu zuen. Biak ez ziren eroso bizi, halere besteon bizitza errazago eta erosoago izan zitezela ahalegin handi egin zuten. Batek poesia erabili zuen, besteak bere buruak eman zituen baliabideak. Letek bere poesiarekin geure kezka denak zerikusiak dituztela erakutsi zuen. Kontraesanak, heriotza, bizitzeko premia denon buruhausteak dira. Horri esker, mundu bakarti honetan horren bakarrik ez garela bizi eta denok, era batean, antzekoak garela aditu nuen. Hori da, azkenean, erabateko bakardadetik ateratzen digun poesia; non hitzak geureak bailitzan irakurtzen diren. Xabier Leteren bertsoak guk konposatzen jakin ez ditugunak izan dira. Horregatik, hainbatetan kantatu ditugun estrofak bihurtu dira.

Eskerrik asko Xabier Lete, eskerrik asko Abuelo

Goian begoz

lunes, 13 de diciembre de 2010

Nos arrepentiremos

Es paradójico que en una sociedad democrática a quien se dedica a publicar secretos oficiales se le acuse de abusos sexuales en otro estado y le busque la INTERPOL con mayor ahínco que a Osama Bin Laden. También resulta contradictorio que los países más democráticos del mundo respondan a la defensiva cuando sus vergüenzas son sacadas a la luz. Si se ha intentado tapar el asesinato del fotógrafo José Couso por el único delito de informar; la culpa es de quien lo descubre y no del que asesinó al periodista en Irak.

Otro ejemplo, si se espía a Ban Ki Moon, cuando se sabe que la ONU pinta poco o nada en la política internacional, la culpa es de Wikileaks por atacar la “soberanía estadounidense”. No importa que se haya seguido al dirigente de las Naciones Unidas; sino capturar a quién ha permitido una plataforma para hacerlo, por lo que concluyo que el problema no es el fondo; sino las formas. Lo fundamental no es que el mundo esté pivotado por intereses ajenos a la mayoría de la ciudadanía; sino que la ciudadanía se entere de ello. El poder crea poder y cuando deja de ser un servicio suele convertirse en una tiranía. El problema actual es que el actual poder está lejos de los Sarkozy, Merkel u Obama y recae en las manos de las diferentes multinacionales que juegan con el mundo como si de un tablero de ajedrez fuera. Ya no somos personas; sino números para cuadrar balances.

Hace menos de una semana el mundo contemplaba con estupor cómo Liu Xaobo no podía recibir el Premio Nobel de la Paz. La silla vacía era el reflejo de la tiranía china; un estado comunista que emplea las armas del capitalismo para vencerlo y que, como sigamos así, lo conseguirá. Puede que ese día nos demos cuenta del valor que tienen los Estados Unidos de América para los occidentales como nosotros y del valor que tienen la libertad o la igualdad en nuestra sociedad. Cuando ese día llegue, veremos qué importancia tienen los Derechos Humanos que tan fuertemente pisoteamos ahora que nos sentimos libres. Nos acordaremos de esa vida privilegiada que hemos llevado hasta que llegaron los chinos y nos colonizaron; nos convirtieron en sus peones.

Es por eso que me pregunto, ¿quién se sentará en la silla de Julian Assange? ¿Quién le dará un Premio Nobel de la Paz? No son preguntas banales; sino estructurales para una sociedad que dice ser democrática. Porque habría que preguntarse si nosotros, que somos el reflejo del liberalismo, estamos listos para ser autocríticos con nosotros mismos. No vale únicamente con decirlo, hay también que hacerlo. La reacción de las Instituciones que nos representan es la contraria; no se admite que en la política actual todos somos peones y que cada gobierno hace lo posible por sacar tajada del panorama internacional. ¿Por qué Zapatero, que acusaba a Venezuela de cobijar a miembros de ETA, les vendió armas? Nadie responde.

Hace mucho tiempo que la sociedad y los políticos van en direcciones opuestas. Hablan dos lenguajes diferentes; los políticos pretenden, los unos, entender el complejo lenguaje de la política (con sus telarañas de intereses) con el fin de ver prosperar a su sociedad y, los otros, amarrarse al poder para ver crecer su propio bolsillo, y los ciudadanos, los unos, salir adelante como puedan antes de pensar en un mundo mejor y, los otros, salir adelante sin pensar en los demás para crear un bolsillo más amplio. Vivimos, en definitiva, en una sociedad en la que los políticos no creen e los ciudadanos ni los ciudadanos en los políticos y en la que la palabra libertad ha sido sustituida por “libertinaje”.

La masificación de la opinión pública ha permitido la entrada de todos, pero también la errónea creencia de que toda opinión es válida. No es cuestión de legitimidad; sino de criterio, ya que yo tengo derecho a hablar de salud, pero un médico, entiendo yo, sabrá más y habrá que entenderle. Con la política, la economía o el fútbol pasa igual. Es por eso que antes de hablar deberíamos escuchar, en lugar de matar al mensajero. Wikileaks ha hablado y nadie ha querido escucharle; sino directamente censurarle. Nos arrepentiremos.