martes, 24 de marzo de 2009

Es nuestra decisión

Resulta impensable que aún haya gente que estudie algo que no le guste. Con la educación que recibimos, es más sencillo orientarse. Más aún, cuando existe información a mansalva sobre las diferentes carreras y, cuando uno puede moverse a donde decida a estudiar. Las comunicaciones no son como antes. La movilidad es amplia, y salvo excepciones, los padres no ponen trabas. Es más, muchos seguramente pensarán que la Universidad es la época en la que sus hijos maduran y se independizan. Y es que tienen razón, ya que esta es la época intermedia entre la adolescencia y la madurez. Nuestra vida es un proceso que va superando fases, y una de las más importantes es la juventud, ya que es ahí cuando uno decide qué quiere ser y se independiza. Es la hora de pensar en el futuro con mayúsculas, y de soñar con los pies en el suelo.

Aun así, como en todos lados, hay gente que despega y gente que se queda estancada. Esta época depura personas. Es terreno de sueños y frustraciones. Muestra quién sirve y quién no, y salvo sorpresas, esa tendencia se suele cumplir. Aparte, enseña quién tiene un perfil creativo, con iniciativa, y quién es simplemente un trabajador. En definitiva, separa a quién quiere estudiar de quién quiere aprender. Ya que, hay individuos que han nacido con iniciativa y otros que han nacido sin ella. Sin olvidar los intereses más allá de la nota. Porque quién tiene iniciativa y creatividad, va más allá de lo material. Busca realizarse intelectualmente, lo que le hace más persona. Además, está interesado por sus estudios, ya que él los ha elegido, y quiere dedicarse a ello. Todo esto suena a lógico, y a “políticamente correcto”. Es cierto, no lo niego, pero en la práctica es casi inviable. No hay más que ver cuánta gente acude a las diferentes iniciativas propuestas por la Universidad: desde acudir a diferentes conferencias de personas notables, hasta participar en programas de radio.

Quizás esta pequeña reflexión resulte pedante o puede que sea petulante. Pero en el fondo me preocupa, porque nosotros somos el futuro de esta sociedad. Suena fuerte y vanidoso, pero nosotros seremos los próximos ejes de la sociedad vasca, más concretamente, los próximos comunicadores, publicistas... Nosotros escribiremos los periódicos, hablaremos en las radios o haremos publicidad. Pero seremos nosotros, no lo harán otros. Por eso, tenemos que estar a gusto con lo que hacemos, sino nunca pasaremos de resignarnos a una vida mejor, mientras que los años pasan en balde. Todos tenemos derecho a equivocarnos, pero también tenemos la obligación de corregirlo. Es una de las pocas veces en las que podremos decidir qué queremos ser. Es nuestra vida y nuestra decisión.

4 comentarios:

gsantamaria dijo...

El problema es bien distinto, y es que la concepción actual de los estudios universitarios, al menos en España, premia la memorización acrítica (ergo, el trabajo sumiso), y castiga la libre opinión (ergo, la creatividad). Y es ésa la criba que, como dices, "depura personas", a día de hoy. Es decir, el pasaporte para el despegue es, precisamente, el mismo que impide ser demasiado optimista de cara al futuro, porque quienes mejor se adaptan a esa pista de salida, son precisamente quienes no saben coger los mandos sin seguir un manual de instrucciones.

Yo te puedo decir que mi experiencia más decepcionante desde un punto de vista intelectual fueron mis años de universidad (ingeniería, para más señas).

Nerea dijo...

Oh sí! Oh sí! Oh síi!! Oooooohhhhhh... Vale, después de este orgasmo después de ver que no has escrito ni de política ni de fútbol, me dispongo a leer.

Nerea dijo...

Evidentemente, estoy completamente de acuerdo contigo. Desgraciadamente, en la Uni somos unos pequeños parias que no hacen más que ver, oír y callar (en cuanto a este tema). Es frustrante, pero de momento se nos dice que no hay nada más que hacer. Eso sí, ya veremos cómo acaba esta historia y dónde pone el tiempo a cada uno. Yo, al menos, voy a intentar hacer lo imposible por conseguir lo que quiero.

Jon dijo...

Gsantamaría:

Yo he tenido más suerte, la verdad. En eso no me puedo quejar. Muchos de nuestros profesores nos invitan a desarrollar nuestras aptitudes, y luego la Uni pone muchas actividades interesantes para nosotros. Por eso me da rabia que la gente sólo quiera ser oficinista!!!