El partido de ayer deja a uno sin palabras. Porque no las hay para describir la rabia e impotencia que guarda uno para sí mismo. Es imposible que las haya, sólo hay rencor que no se puede expresar porque cual que fuera el método de expresión acabaría siendo perjudicial para uno mismo. No voy a poner en duda que el Madrid sea un equipo superior, ni que sus jugadores sean de primera fila ni que sea, quizás, el mejor equipo del mundo. Es más, por eso sé que es complicado vencerlo. Y más aún, si estás maniatado de pies y manos: de pies porque no puedes dar y de manos porque no paras de recibir. Y si a eso sumas que en el minuto 4 los dos laterales del equipo tienen tarjetas amarillas, una por protestar una agresión a un compañero y la otra por una falta, es casi imposible hacer algo. Fue un partido caliente.
El partido empezó fuerte. En el minuto cuatro ya había dos tarjetas para el Athletic y ninguna para el Madrid. A pesar de las agresiones de Lass y Huntelaar que se llevó el viento. Más tarde, los merengues se pusieron 0-2 gracias a una inexistente falta de Ocio. Luego, el Athletic acortaba distancias y Yeste se cargó el partido. El de Basauri calló en la trampa de un “teatrero” Casillas que echó a perder su fama de jugador limpio. Se equivocó. El Athletic empató con uno menos. Era un espejismo. El equipo estaba tarjeteado hasta arriba y con un jugador menos. Toquero tenía un ojo morado y el Madrid es mucho equipo. La segunda parte fue un monologo del Madrid. Tres goles y el árbitro siguió anchando el mito. Expulsó a Vélez y “Luci” (segundo de Caparrós) y llenó al Athletic de tarjetas mientras que perdonaba al Madrid las cartulinas. Heinze, milagrosamente, no recibió un cartón lo que cabreó a Javi Martínez que fue a por él en un lance muy feo del argentino. Tampoco Ramos fue amonestado aunque hizo 3 faltas seguidas y una con la mano. Un cuadro.
El chorreo fue tal que el público terminó aplaudiendo al árbitro cuando pitó el penalti que supuso el quinto gol madridista. Parecía la ópera o el teatro. La gente se tomó a chufla la actuación del colegiado y se dedicó a animar al equipo. Era mucho mejor que invadir el terreno de juego o apalizar al colegiado. Y es que fue tan tendencioso el arbitraje que todos los medios de comunicación así lo han testificado. Parece que hay alguien interesado en el que el Madrid no pierda el tren de la Liga. Ya lo sufrió Osasuna y ayer lo sufrió el Athletic. ¿Quién será el siguiente?
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1 comentario:
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