domingo, 1 de marzo de 2009

La suerte está "echándose"

Todo está en el aire. Desde las 9 de la mañana están abiertas las urnas y 1’8 millones de vascos ejercen su derecho al voto. Aunque algunos no puedan elegir a su opción política gracias a los jueces. Después de una campaña de las que llaman de “perfil bajo”, más bien “tranquilitas”, se juegan las elecciones más indecisas que se recuerdan. Nadie sabe a ciencia cierta quién se va a llevar el gato al agua y sobre todo quién va a ser Lehendakari. Las encuestas dan un empate técnico entre PNV y PSE-EE
y son muchas las posibilidades para formar Gobierno. Desde un PNV-PSE-EE en pos de la estabilidad institucional, hasta un PP-PSE-EE-UPyD para “desalojar” a los jeltzales, pasando por la reedición del tripartito algo que veo complicado más aún después de las campañas de Eusko Alkartasuna y Ezker Batua que parecían de partidos de oposición.

Ahora son todo cábalas. Lo que parece obvio es la masificación del voto hacia los dos candidatos a Lehendakari. El voto útil abertzale irá hacia Ibarretxe y el voto útil españolista y por el cambio irá para López. Ambos serán votos contra el otro candidato. Por eso, creo que el PP y EA se van a desinflar. Más los segundos ya que Ibarretxe era su candidato con su Proposición de Nuevo Estatuto. Además, eso puede abocar en una crisis en el seno de la formación abertzale que podría casi desaparecer del mapa político vasco. Una crisis provocada por los rifirrafes entre el sector guipuzcoano que defendía la coalición con el PNV y el sector oficial que quería presentarse en solitario. Aralar parece que va a ser la sorpresa de estas elecciones. Aintzane Ezenarro goza de buena imagen y la solapa con la de Patxi Zabaleta que hasta ahora era la única cara conocida de la formación. Además, han hecho una buena campaña en positivo e intentando captar el voto de la izquierda abertzale desencantada. Ezker Batua me parece una incógnita. Por último, la ilegalización de D3M le supone un balón de oxígeno al MLNV ya que da a mucha gente razones para simpatizar o votarles y encima alimenta su estrategia.

En definitiva, estas elecciones son una incógnita. Nadie sabe muy bien qué va a pasar en Euskadi. La participación ayudará a Ibarretxe. Estas elecciones marcarán tendencia como las de 2001. Pueden ser las del cambio o las del fracaso socialista. Habrá que esperar, entonces, hasta la noche para conocer al próximo Lehendakari. O no. Un resultado apretado abriría el abanico de posibles pactos de Gobierno. Cada uno tiene sus apuestas. Por ahora, todos quieren ser Lehendakari pero sólo puede ser uno. La suerte está echada o mejor dicho: echándose.

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