Con 4 millones de parados a las espaldas, a Zapatero no se le ocurre otra cosa que “reforzar su gobierno” con caras nuevas. Unas caras que lo único que refuerzan es su posición, ya que ha empezado la limpieza por Ramón Jáuregui en Bruselas y algún otro más. Lo que destaca de este cambio son los 3 vicepresidentes y los no sé cuántos ministros (hasta de Austeridad) con los que Zapatero quiere afrontar tanta crisis. Debe ser que quiere bajar el paro dando trabajo en el Gobierno, sino es incomprensible el “moratón” ejecutivo que, tal y como denunció Josu Erkoreka, “ha cambiado para que todo siga igual”. No hay más que ver a Manuel Chávez que vuelve al Gobierno español, mientras deja la Presidencia andaluza. Todo un acto de responsabilidad.
Así de responsable ha sido Rosa Aguilar. La nueva consejera de Griñan, quién ha sustituido a Chávez en la Junta de Andalucía, ha dejado a los cordobeses sin alcaldesa y a Izquierda Unida sin un referente histórico. Lo primero es una falta de respeto a sus votantes y a los cordobeses. Irse a mitad de legislatura, con tantas cosas aún por hacer, es reírse de la gente y dejar a la Institución a la altura del betún. Hace tiempo que pienso que muchos políticos utilizan las instituciones locales como trampolín a las nacionales, como si los ciudadanos importasen un rábano. Y eso mina la credibilidad de la profesión, que es más vista como un chanchullo que como el arte de defender a los ciudadanos. Pero Aguilar, no contenta con abandonar Córdoba, deja a un lado a Izquierda Unida para pasarse al PSOE. Todos sabíamos que tenía reticencias con su partido y que había dejado el PCE. No obstante, al presentarse por las listas de IU se da a entender que, por lo menos, se está con el proyecto. Pues ni eso. Es lógico que el PP andaluz solicite una comisión de antitransfuguismo.
Pues así está la cosa, como diría aquel “monstruosa”. Con 4 millones de parados y sin huelgas a la vista ni medidas concretas. El Estado se cae y Zapatero sigue publicitándose. Tenía razón Carlos Carnicero cuando afirmaba en un artículo que éste valía para publicista. Y de los buenos, añadiría yo. Estos problemas sólo van a desprestigiar a la clase política, que como toda clase es heterogénea, pero que pagarán justos por pecadores. No hay más que ver en Valencia, donde Camps sigue campando a sus anchas. También en Euzkadi estamos para felicitarnos. Yolanda Barcina ha prohibido la lectura de Gara y Berria en las bibliotecas municipales de Pamplona y Barañain. Esta medida ilustra lo que es la democracia para UPN. Lo mismo que para muchos otros. Y es triste, porque esta mediocridad y esta ética sensacionalista de “chiringuito” lo único que hace es tapar la brillantez de otros políticos. Así de claro.
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Hace 11 horas
1 comentario:
A Yolanda Barcina sólo le faltaría ser de Bilbao para ser todavía más la polla.
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