jueves, 16 de abril de 2009

Días vacíos

Las vacaciones son lo más esperado del curso. Es el tiempo de descanso y de ocio que nos ofrece de calendario. Días de goce en los que nos dedicamos a los quehaceres pendientes y al merecido o inmerecido descanso. Las vacaciones son, en definitiva, el tiempo para tomar aire y seguir adelante. Sin embargo, según se planteen no tienen por qué ser tan positivas. En el caso de que se aproveche para recargar pilas, son sugerentes, sin embargo, si uno está más solo que la una, son un petardo. El tiempo se hace eterno y los minutos pasa uno detrás de otro, sin tener un significado especial. Todos son iguales y caen encima. Pero, los siguientes son peores que los anteriores, ya que el aburrimiento es cuantitativo, eso es que cuanto más se aburre uno, peor es.

Lo peor, es pensar que esos días malgastados, podrían haber sido mejor utilizados. Aun sin saber cómo, la mente es traicionera y piensa que algo se podría haber hecho. Ésta compara, además, con años anteriores, llenos de diversión y divinizados, también, con lo que los demás tienen y uno queda frustrado. Más aún, si hace un bonito día y el vacío se hace más grande. Pero, estos días sirven también para reflexionar. Quizás ese sea el verdadero problema, ya que las reflexiones llegan a ser tan profundas que uno duda del sentido de la vida (si es que lo tiene) y se pregunta qué vendrá después. Se imagina posteriores semanas santas y veranos dando paseos solo, hasta un año encerrarse en casa y desaparecer poco a poco, consumido, por el aburrimiento. Comido por la mierda, vamos.

Es evidente que el humano, si no está ocupado, es una bomba de relojería. El vacío atrapa muy fácil a los débiles y los hace presa de sus angustias. Pero, también lo hace con los más fuertes. Esto es así. Y no quiero imaginar cómo será vivir solo durante toda la vida. Tiene que ser muy difícil mantener la cordura sin nadie que juzgue los actos cometidos. Más vale encontrar un entretenimiento o un propósito, porque cuánto menos se distrae uno, más vulnerable es. Odio estos días vacíos en los que malgasto mi tiempo vital en nada.

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