lunes, 19 de enero de 2009

El 'papelón' de Obama

Nota: Esta es la primera vez que hago un análisis sobre Estados Unidos. Seguramente me habré dejado muchas cosas en el tintero y también muchas cosas que ignoro. Muchos de los datos que he sacado o de los que me he inspirado son de un magnífico reportaje aparecido ayer en Público. Espero que sepáis valorar mi esfuerzo ya que éste no es un campo que domine precisamente. En fin, ya me diréis, si os llegáis a leer el tocho, qué os parece.

Mañana a estas horas, Barack Obama ya será el primer presidente negro de la historia de EE.UU.. Empieza la era del “Yes, we can”, un tiempo que ha despertado muchas ilusiones, pero que puede traer muchos desengaños. El nuevo presidente ha sido presentado como el “cambio” y su campaña ha movido a medio mundo. Ha sido la campaña del 2.0. y la participación ciudadana. En Europa, la sociedad estaba volcada con el senador de Illinois al que veían como la “izquierda americana”, nada más lejos de la realidad, y ha vivido las elecciones presidenciales más que las suyas propias. El efecto Obama ha sido arrasador. No obstante, ahora empieza a actuar realmente y no tiene un papel fácil. Estados Unidos está debilitada diplomáticamente tras la era Bush. Su papel internacional con desastres como Irak y Guantánamo les han hecho aparecer ante la opinión mundial como un enemigo de la humanidad. Ello ha hecho crecer el antiamericanismo militante muy unido a la izquierda europea. Sin olvidar la crisis económica y los neocons, quienes rechazaban ayudas estatales para los demás mientras que las exigían para ellos, que han agudizado este odio a los Estados Unidos. Y es que todos tendremos que pagar los platos rotos. El sacar el mayor beneficio en el mínimo tiempo ha demostrado no funcionar, al igual que la ley de la selva económica a la que llaman libre mercado. Ahora toca arreglar.

El “Yes we can” se supone que traerá soluciones a estos problemas. El económico será complicado. El agujero dejado por Bush es difícilmente recuperable a corto plazo y habrá que esperar un tiempo para cerrarlo. Además, económicamente Obama no es que sea un progresista o socialdemócrata si no que habla más como un halcón. Aunque bien es cierto que este campo es su prioridad. De su recuperación económica dependemos los europeos. Aunque para ello se fije en nuestros modelos. España y Alemania son ejemplos citados por Obama en energía renovable. Pero para estimular su economía, el afroamericano invertirá 550 000 millones de dolares en inversiones públicas (escuelas, infraestructuras, salud...) y 275 000 millones en recortes fiscales en los próximos dos años. Asimismo, llevarán una política más agresiva para la recuperación de los bancos. De todas maneras, lo más difícil de recuperar será la confianza del inversor que se siente inseguro en este sistema lo que ha llevado el hundimiento de Wall Street. Sin esto, será imposible la inversión privada y por ende la recuperación americana y eso nos perjudicaría.

Aunque la madre del cordero de la toma de mando de Obama viene con la política exterior. Como bien he explicado antes, la credibilidad americana está por los suelos. Las inexistentes armas de destrucción masiva y el silencio ante las matanzas de Israel reducen la confianza de los países en Estados Unidos. Además, cada vez son más los estados que les hacen frente. Ya sea por vía nuclear (Irán), vía política (Venezuela) o vía económica (China). Así que para recobrar la influencia americana Obama va a tener que equilibrar filias y fobias. No va a ser tarea fácil seguir su política de conseguir aliados y ahorrarse enemigos. Su principal problema diplomático va a ser Oriente Próximo que es una olla a presión. Por un lado está el conflicto palestino y por otro está el problema del islamismo. En el primero va a tener que mediar entre Palestina e Israel. Conseguir un Estado palestino viable sería que más puntos le daría en el contexto internacional, sobre todo en el árabe. No obstante, eso es casi imposible teniendo en cuenta el poder del lobby judío en Estados Unidos. Éstos tienen amordazados al poder político de Washington que traga ante las tropelías sionistas. Pero una posición continuista, eso es callar ante las masacres en Gaja, sería peor para la zona. El islamismo radical se hace cada vez más fuerte y violento y está representado por Hamas en Palestina apadrinada por Irán. Este incremento considerable de las posiciones radicales se debe en parte a la posición americana en el conflicto palestino que contribuye a la aparición de un antiamericanismo militante y violento que capitalizan quienes confunden las ‘guerras de liberación’, utilizando el lenguaje marxista, con guerras santas. La pobreza es seguramente la principal causa de esta adhesión masiva al fundamentalismo religioso fenómeno dado en las sociedades más pobres que se aferran a los dioses cuando todo va mal. Luego, las ayudas de Irak y la recuperación de los talibanes ayudan. Y es que en Afganistán vuelven a ganar puestos. Sobre todo, cuando pueden esconderse en la frontera afgano paquistaní que conocen al dedillo. Probablemente, si Bin Laden está vivo, se halla allí. Por eso, Estados Unidos tiene que recuperar la ayuda pakistaní, estado que vive en continua agitación. Tradicional aliado de los Estados Unidos, no consigue controlar a algunos elementos de sus servicios secretos. Ahora India es el aliado para hacer así contrapeso con la potencia China que crece a pasos agigantados. Aunque el régimen capitalista-comunista no plante cara a los estadounidenses, éstos tienen pánico a perder la supremacía económica mundial. Más miedo da Rusia. Putin, que gobierna desde la sombra, ha recuperado el espíritu patriota que se perdió en la época Yeltsin. La guerra del gas ha sido la última salida de tono de los rusos que anhelan recuperar su antigua potencia y recuperar su poder en la zona.

Latinoamérica fue otra de las decepciones de la era Bush. El auge de Chavez, antiamericano furibundo, y las victorias de Lula y Evo Morales restan influencia a los estadounidenses. Estos gobiernos pretenden que Latinoamérica sea fuerte económicamente. Además, Venezuela tiene la sartén por el mango ya que el 15% del petróleo consumido en los States proviene de ahí. Tendrá que agudizar sus labores diplomáticas el afroamericano si no quiere ahondar en la cerca que separa a América. Más optimista puede ser la relación con Cuba. La desaparición de Fidel Castro de la escena política puede llevar a una distensión de las relaciones entre los dos países. El intercambio de presos políticos por un levantamiento del bloqueo puede ser un trueque interesante para los dos países. El régimen cubano parece débil pero no está muerto y, por lo tanto, hay que tenerlo en cuenta. Es un tema delicado. El mito cubano sigue vivo en el mundo y no hay más que fijarse en lo que se habló sobre el 50 aniversario de la Revolución.

En Europa, los Estados Unidos tienen que recuperar credibilidad y confianza. Aquí lo que más dolió del desastre Bush fue la Guerra de Irak y la crisis económica. La primera porque fue considerada como una masacre. Aquella “guerra contra el terrorismo” que los justificaba todo nunca gustó en Europa salvo a Aznar y Blair. Además, el descubrimiento de la cárcel de Guantánamo mancharon más la ya manchada imagen del país. Sin olvidar la aparición de documentos que demostraban que la tortura era permitida. Pero lo que más ha molestado ha sido la crisis económica. La locura neocon que buscaba el beneficio a toda costa con una política económica donde el fin (sacar beneficio) justifica el medio y la presentización económica (todo era en base al presente) puede que acabe con la clase media europea. Esta crisis económica amenaza al trabajador medio que puede verse de patitas en la calle lo cual, por consecuencia, amenaza a la economía europea. No olvidemos que somos la clase media el motor economía, además de hacer de colchón entre pobre y ricos. Somos los que consumimos, gastamos y producimos gracias al trabajo. Sin nuestros impuestos los estados estarían abocados al caos económico ya que los pobres no tendrían con que pagar las inversiones públicas que disfrutamos.
En definitiva, Barack Obama no tiene un trabajo fácil. Primero, porque tiene que contentar a sus electores, lo cual no es tarea fácil sobre todo si pertenecen a grupos sociales diferentes. Segundo, porque tiene que contentar al mundo que le ve como el cambio. Ese cambio necesario que necesita Estados Unidos para quitar esa imagen negativa que tiene en el Mundo. Tercero, porque tiene que arreglar los desmanes de Bush: guerras, conflictos y desastres económicos que han minado la potencia antes indudable de los Estados Unidos. Su influencia militar, económica y diplomática ha disminuido desde que el tejano cogió el poder. Cuarto, porque tiene que ser juez en contiendas complicadas y no puede contentar a todos. Tiene que buscar soluciones o, por lo menos, ser interlocutor válido para que dos partes enfrentadas alcancen acuerdos y la convivencia sea posible (Palestina) sin que ninguna se vuelva en su contra. Tiene que hacer, por tanto, encaje de bolillos para contentar a todos aunque sea temporalmente. Sexto, porque tiene que devolver a Estados Unidos su imagen de país que cree en la libertad y no hace todo por dinero, ante los ojos del mundo. No es por tanto tarea sencilla la suya.

Yo creo que no va a cambiar mucho la situación actual. Veo las posiciones enquistadas y sin una voluntad de acuerdo ni convivencia. Hay demasiado odio. Por eso no espero demasiado de Obama. Los lobbys son muy potentes al igual que los intereses económicos que hay de por medio. Tendrá que capear presiones variopintas si quiere cambiar algo. No obstante, pienso que será mejor que Bush y que mejorará la situación económica y dará una mejor imagen al mundo de Estados Unidos. Sobre todo porque se sabe vender bien. Intentará vender soluciones inmediatas como grandes acuerdos. Cuatro años no dan para mucho y hay que ganar las elecciones.

Yo sólo le pediría que humanizase la política exterior americana. Que reflexione y se dé cuenta de que mil muertos son mil cadáveres y no una estadística. Espero que Guantánamo sea la última vergüenza de un país que se dice amante de la libertad y que la pena de muerte pase a mejor vida. Pido mucho quizás.

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