jueves, 30 de julio de 2009

Las armas las carga el diablo

La paz ha sido siempre un anhelo del hombre. Desde el principio de los tiempos, a pesar de haberse empeñado mucho en pelear, ha buscado la paz. Puede que haya sido la “paz de los cementerios”, pero al fin de al cabo, es paz, aunque sea peor que una guerra. Así hemos estado de generación en generación, con las armas en la mano o el pánico en el cuerpo, sobreviviendo a conflictos que rodeaban nuestras vidas. De Oñacinos y Gamboinos hasta el modelo republicano contra el tradicionalistas. Y todas esas balas y sangre ha sido derramada por nada o casi nada, ya que la Historia juzga y pesa. No seré yo quién quite importancia a la Revolución Francesa, pero el peso de la moral impidió un cambio total. Por eso han sucumbido las grandes teorías, las grandes utopías, porque han intentado ir en contra del tiempo, lo han querido manejar a su antojo, y eso les ha hundido. ¿Acaso la Historia no tartamudeó con Stalin, quien se parecía más a un Zar que a un líder revolucionario? ¿Acaso no tartamudea cuando en Francia se sale a la calle?

El antropocentrismo es algo relativamente moderno. Antes pensábamos que dependíamos de Dios y en otro tiempo del Sol y los astros, sin embargo, ahora pensamos que dependemos de nosotros mismos. En una cierta medida así es. Pero no podemos olvidar que dependemos de “nosotros” y no de “yo”. Porque la Historia es algo colectivo, además de lineal. Un acontecimiento lleva a otro, que explica el siguiente. La Historia es acumulativa, tal y como es nuestra mente. Y esos datos dejan un rastro, que más tarde se integrará en otro dato y así hasta el fin de nuestros días. Por eso cometemos los mismos errores, porque, parafraseando a Marx, “hablamos siempre el mismo idioma”. Ese monolingüismo evita que podamos empezar de cero y nos obliga a tener paciencia. Sobre todo con los cambios imprescindibles, que son los más complejos y duros. La paz no llegará pronto, quizás jamás lo haga, pero si empezamos a pensar que las armas las carga el diablo, puede que llegue antes de lo que pensemos. Aunque sea ficticia.

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