viernes, 31 de julio de 2009

ETA, 50 años.

Estamos de aniversario. Hace medio siglo el Lendakari recibió una carta de un grupo de 8 jóvenes, que anunciaban el nacimiento de una nueva organización “Euzkadi Ta Azkatasuna”. Lo habían decidido tras un proceso largo que duró varios años. Entre los firmantes estaban Julen Madariaga, el escrito Txillardegi o Rafael Albizu (padre de Mikel Antza). Eran jóvenes que reprochaban al PNV su pasividad ante el régimen franquista. Al principio, ETA fue una organización abertzale, pero poco a poco, sobre todos después de la V Asamblea, se convirtió al marxismo-leninismo y aceptó luchar por la independencia y el socialismo de Euzkadi por todos los medios posibles, incluidas las armas. Eran tiempos de revoluciones como mayo del 68, que pegaron fuerte en la juventud europea y que inspiraron a ETA. Además, la violencia del Estado ayudó a la consolidación de la organización terrorista, que tuvo su pico de popularidad cuando asesinó a Carrero Blanco. Los métodos violentos con los que el Estado reprimió a los miembros de la organización fue el principio de una espiral que llega a nuestros días. Es el “acción-represión”; un enfrentamiento entre el MLNV y el Estado, que fortalece a ambos, pero que debilita a la sociedad en general.

En estos 50 años ha habido además tiempos para la esperanza. Hemos tenido varias treguas que, a pesar de ser unas cesuras tácticas, han esperanzado a la sociedad vasca que veía la paz cerca. No obstante, la obstinación de ETA por controlar todo las mandó a paseo. ETA condicionaba el proceso hasta un punto en el que era inasumible para las otras partes, lo que validaba a la banda para culparlos del fracaso de paz. Además, salía fortalecida desde un punto de vista táctico, ya que el Estado la validaba como interlocutor político y no como banda terrorista. Su mayor victoria táctica llegó en Leizaran cuando, con sus presiones, consiguió cambiar el trazado de la autopista. Era una época en la que el MLNV estaba marginado gracias al pacto de Ajuria-Enea, pero en la que ETA llegó a un acuerdo, por medio de una organización ecologista, con las diputaciones y gobiernos respectivos. Además, ETA ha sabido aprovechar estos impases para pescar en río revuelto. La organización juega con los abertzales que los creen “hermanos descarriados”. Así lo hizo en Lizarra, así lo repitió en Loyola y así han dividido a EA, con una táctica muy sencilla que consiste en atacar a las bases de EA mientras se camelaban, Polo Soberanista de por medio, a los dirigentes.

Pero no nos engañemos. El Estado socialista vasco que defiende ETA no es el mismo que queremos construir los abertzales. Así lo afirmaban ellos en la V Asamblea, cuando dudaban si decantarse por un Frente Nacional vasco o por un Frente Obrero estatal. El primero serviría para llegar a la independencia, para más tarde luchar contra el PNV por el modelo de Estado. Además, en ese hipotético estado socialista vasco nuestras libertades quedarían pisoteadas. Sería como vivir en Cuba o Albania (su modelo durante los 80). Por eso han ido contra las instituciones vascas, porque aborrecen el sistema democrático liberal. Nosotros, en cambio, queremos construir un estado democrático vasco en la que las libertades, derechos y obligaciones sean una realidad. Un estado democrático como lo son los que nos rodean. Aunque sea imperfecto y aunque esas imperfecciones den pie a ETA, que se aprovecha del mínimo resquicio para sacar partido.

Hoy se cumplen 50 años de tortura para el Pueblo vasco. 50 años de sufrimiento y dolor que no han servido para nada. ETA no ha conseguido ni conseguirá nada. Porque no representan a nadie más que a sí mismos y porque no tienen derecho a exigir nada. La sociedad vasca les ha dado la espalda y lo seguirá haciendo. Por eso, es deber de los abertzales, en particular, liderar la deslegitimación social de la organización y su entorno. Tenemos que ser nosotros, los que queremos una Euzkadi libre, quienes pongamos el grito en el cielo cada vez que se vulnere un derecho en nuestro país y quienes, por medio de la palabra, dejemos sin argumentos a los violentos y sus acólitos. No vale únicamente gritar “ETA KANPORA”, hay que decir también “HEMEN GAUDE”.

2 comentarios:

Amaiur Elizari dijo...

Ya hablas como los de El País hijo... Muy buen artículo, era coña lo de El País jaja. Me ha gustado mucho una frase, ya te diré cual.
Una pequeña matización (ya que de eso va mi día hoy): 50 años de ETA, sí, pero no de terrorismo, sufrimiento etc. El problema vasco no tiene 50 años, tiene más. ETA es la consecuencia a la inversa de un problema histórico, centenario y sin cicatrizar, un fuego apagado continuamente con gasolina, una espiral abocada al suicidio colectivo intelectual, un gran error.
La ETA histórica... Se morirían de vergüenza al ver a 4 putos niños uniformados, chulitos y con pistola en la mano. Qué lastima de país, con lo que podíamos haber sido...

Jon dijo...

Cuando me refería a 50 años de sufrimiento era por el que nos ha dado ETA. No tenía nada que ver con el contexto, sino con la propia acción de la organización (no me gusta llamar banda).

La ETA histórica no sé qué diría, la verdad. Pero muchos andan cerca del PSOE. Así que hagámonos una idea.