sábado, 11 de julio de 2009

12 años del secuestro de Miguel Ángel Blanco

En una taberna de Pamplona he leído en el Diario de Noticias que hace 12 años que ETA tuvo la feliz de idea de secuestrar a Miguel Ángel Blanco. Fue otra de sus ideas de bombero que han sumido en el drama a muchas familias de Euzkadi y alrededores. Su escalada macabra nunca había adquirido tal crueldad, y eso que han asesinado a críos, como con el concejal de Ermua. Miguel Ángel Blanco era un joven que tocaba la batería, hijo de gallegos (como casi todo Ermua), que vivía con normalidad, que tuvo la mala suerte de que Txapote y compañía lo decidieran utilizar como carne de cañón para negociar el acercamiento de los presos de ETA a Euzkadi. Una reivindicación que comparto, pero que no debe hacernos olvidar que los presos de ETA son asesinos o cómplices de otros ciudadanos. Está bien recordarlo, porque para muchos son “gudaris” que luchan “por la libertad de Euskal Herria”. Es otra manera de decir que se dedican a asesinar a quien no piensa como ellos.

Hace 12 años yo estaba en un campamento en Briñas y era ajeno al drama que vivió la sociedad vasca. Mi hermana me lo contó una tarde en Leketio, porque yo aún vivía en mi ingenua burbuja de niño. Años más tarde tomé conciencia de la salvajada que había cometido ETA, que marcó un antes y un después en el mundo del MLNV. Hubo que esperar a un cruel asesinato cronometrado para que algunos se diesen cuenta de que ETA son despiadados y para que la sociedad vasca soltase toda su rabia contenida. Un dolor de muchos años de silencio por miedo a la mafia etarra. Es una pena que aquel "espíritu de Ermua", que era una protesta contra ETA, fuese monopolizado por quienes, algunos con un pasado de hacha y serpiente, lo intentaron utilizar contra el nacionalismo vasco e intentaron rentabilizar electoralmente el dolor de una sociedad que anhela la paz. Una posición, por cierto, éticamente miserable, aunque muy provechosa para su hermana, ahora parlamentaria del PP, que niega a otras víctimas del terrorismo (que no es de un único cuño) lo que a ella, en teoría, le negaban todos los Gobiernos que no comulgasen con su ideología. Una forma curiosa de afirmar que sólo está contra ETA el Gobierno que esté con ella.

Y han pasado 12 años y seguimos con este problema llamado ETA. Y seguimos sin encontrar soluciones y con un Gobierno vasco que intenta con sus peroratas contra ETA, muy poéticas ellas, legitimar un pacto antinatura entre el PP y el PSOE. También el MLNV sigue igual, con su ética de campo de concentración, que se sigue creyendo guardián de Euzkadi (ahora Euskal Herria) y dueña del futuro de los vascos. Menos mal que ahora tienen una legitimidad social menor, gracias, en parte, a dos “procesos de paz” (por llamarlos de alguna manera) frustrados. Ya es hora de que nos demos cuenta de que la lucha armada es la base de su fuerza, sin ella no serían nadie, puesto que no tienen un elemento de presión. Sino, ¿cómo explicar en estos dos últimos procesos de paz se les considerase como “interlocutores políticos”?

Que se vayan.

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