sábado, 6 de junio de 2009

La dialéctica no lo es todo

Leí con interés el artículo “Ni ETA, ni E.T.” que escribió el italiano Carlos Fabretti. A decir verdad, decía muchas cosas ciertas, como que ETA no es un mal absoluto o que con ese maniqueísmo gubernamental se justificaban las mayores aberraciones jurídicas con la excusa de la banda armada. Hasta ahí tenía razón, más aún cuando planteaba que nadie puede obligar a condenar nada y que no condenar no quería decir que se estuviera de acuerdo con que ETA pusiera una bomba. Sin embargo, esta pirueta dialéctica no debe cegarnos. Es un caramelo podrido, que por fuera parece bello, pero que por dentro está podrido. Su discurso es razonable, pero es un silogismo demasiado perfecto como para ser real, porque obvia que la vida es algo más que palabras, ya que también hay sentimientos y, sobre todo, personas. Imagínese que a esa periodista que le entrevista ETA le hubiera puesto una bomba hace poco tiempo. ¿Cómo se sentiría si, quién está haciendo uso de la retórica, no condenase o rechazase explícitamente a ETA u obviase el atentado, pero denunciase que a un preso de ETA le ha escupido un policía en prisión? ¿Acaso no tendría el periodista derecho a llamarle sinvergüenza, cínico e hipócrita por hacer un discurso tan perfecto estéticamente, que denuncie las burradas del “sistema” mientras ignora las de los “antisistemas?

¿Por qué quienes se llaman “disidentes” y “críticos” son incapaces de disentir y criticar a los movimientos afines que se pasan tres pueblos?

Por ejemplo, estos grupos “antisistema” o “disidentes” que viven fuera de Euzkadi, que critican a los “zipaios”, ¿por qué son incapaces de criticar que a un ertzaina le quemen el coche como en Amorebieta? Pues porque son unos cínicos y unos hipócritas. Si algo ha demostrado el tiempo es que estos movimientos, entre los que encuadro al MLNV, pasan de los Derechos Humanos, puesto que anteponen los suyos a los de los demás. Creen que tienen la verdad absoluta, que les homologa para cometer los actos que quieran y como quieran. Está muy bien hablar de las invasiones extraterrestres si trabajas en la NASA, pero si te pasas todo el día hablando de lo que ocurre en Euzkadi está mejor hablar de ETA y de sus tropelías. Porque si hay alguien que molesta y estorba en Euzkadi es ETA. Es muy justo, y debería ser algo más normal, hablar de las imperfecciones del Estado, pero sin justificar que las tropelías estatales den lugar a tropelías “antisistema”. En otras palabras, lo que no vale es esconder los asesinatos de ETA tras una cortina dialéctica difusa, porque detrás de estos asesinatos hay personas destrozadas y muertas. Aparte de que es vomitivo y dice mucho de quien escribe, sobre todo, de su ética, que es bastante parecida a la de quienes critica. Josu Ternera y Manuel Fraga son igual de despiadados y Otegi o Mayor Oreja igual de cínicos cuando uno habla de ETA y el otro del franquismo.

En fin, creo que ya es hora de que nos demos cuenta de que estos movimientos son pura retórica, que carecen de contenido. Que Iniciativa Internacionalista tiene una idea de los Derechos Humanos parecida a la de la Falange de las JONS. Que nos van a meter un gol, porque no son vascos ni hablan euskera. Por mucho que sean los “favoritos” del MLNV y de todos los intelectuales cuasi-orgánicos de la extrema izquierda “antisistema”. Que Alfonso Sastre es un intelectual no lo dudo, pero que es un dogmático tampoco. El primer paso para conseguir una paz duradera en Euzkadi es que quienes empuñan pistolas las dejen en la mesa y sean capaces de ver el daño que han causado. Que se dejen de hablar y actúen de una vez, que estamos hartos. Son lo peor que nos ha podido pasar. De hecho, son lo peor que nos pasa, porque todavía no se han ido. Y lo más triste es que tienen engañada a mucha gente, que no ve que las ikurriñas que portan son de pega, que no son abertzales, sino ultraizquierdistas, como Lenin, Castro o Stalin y, sobre todo, asesinos.

Antes que palabras, somos humanos y eso hay que tenerlo claro.

1 comentario:

Sasetaurrena dijo...

Ondo esanda Jon. Zorionak!