jueves, 28 de mayo de 2009

Burrada episcopal

Parece que entre el reaccionario mundo de la jerarquía católica hay una extraña carrera o competición por decir la mayor burrada. Si el Papa dijo que el condón aumentaba el Sida, ahora llega el redactor jefe de “Alfa y Omega” (revista de Rouco Varela) y afirma, sin despeinarse, que “si se banaliza el sexo, no tiene sentido considerar delito la violación”. Luego ha matizado que no quería frivolizar, pero que si convertíamos el sexo en una diversión, violar es obligar a alguien a “divertirse” unos minutos. Valiente comparación. Claro, es parecido que tu profesor te obligue a jugar a béisbol en deporte, que te obligue a hacerle una felación en educación sexual. Eso es tan parecido como jugar a fútbol con un balón o con una bomba nuclear.

La decadencia ética de algunos católicos con el tema del sexo es peligrosa. Tienen pánico a que esto se convierta en una Sodoma (algo que, en parte, sería muy recomendable) y actúan como padres de la sociedad. Es paradójico escuchar a un cura, que en teoría no puede enamorarse ni practicar sexo, dar lecciones sobre el matrimonio o hablar de preservativos. Es como si yo siento cátedra sobre física cuántica. Además, este proteccionismo da a entender que no somos lo suficientemente adultos o maduros como para controlar nuestros actos (algo que, en cierta medida, es cierto). Pero lo que menos entiendo es ese encono con el pecado lujurioso, como si fuese el mayor mal de la humanidad. Creo que el hambre o las epidemias son problemas de mayor calado, pero parece que para uno de los mayores negocios mundiales eso no importa. La justicia social es cosa de pirados e ingenuos.

3 comentarios:

Sasetaurrena dijo...

Aupa Jon!
Afortunadamente no todos son iguales...
Por ahí tenemos a gentes como Jon Sobrino y demás...

http://sasetaurrena.blogspot.com/2009/05/ignacio-ellacuria-otro-gran-referente.html

Un saludo

Jon dijo...

Aupa Saseta!

Tengo la suerte de conocer a un buen jesuita, que creo que conoció a Ellacuría y Sobrino. Pena que carcas como Rouco manchen su labor.

Agur!

Nerea dijo...

No hay nada escrito sobre que los curas no se puedan enamorar, Jon.