sábado, 30 de mayo de 2009

Sin contrapunto

Tras la caída del muro de Berlín, el sistema comunista y, por extensión, los partidos comunistas sufrieron un colapso del que aún no se ha recuperado. Esa caída no era sólo la unión de una ciudad dividida por la ideología política, sino también la muerte de un sistema en el que muchos habían puesto todas sus ilusiones. El socialismo era la esperanza de muchos intelectuales, ya que representaba el sistema igualitario por excelencia, lo que era sinónimo del más justo. Era, además, el contrapunto al capitalismo que representaba los Estados Unidos. Y se equivocaron, puesto que el sistema no era más que una derivación terrorífica del capitalismo. Encima, había podrido a los trabajadores, que no apreciaban su trabajo porque sabían que, al ser todos iguales, era indiferente trabajar. Y ahora son los países capitalistas europeoslos que, como Alemania, debemos pagar aquellos desarreglos imperialistas soviéticos. Porque sería injusto hablar de un imperialismo americano sin mentar al soviético, que negaba la libertad de los pueblos que sometía a base de cañonazos.

Esa muerte del socialismo europeo derivó también en la izquierda que entró en crisis. Los partidos institucionales que se reclamaban izquierdistas se convirtieron en partidos derechistas edulcorados. Así el PSOE en España perdió totalmente la referencia socialista y se convirtió en el partido “insípido” en el que se ha convertido. Un partido sin ideología clara, que sólo avanza a impulsos y con leyes que son demandas sociales de grupos más a la izquierda o contrarias a la derecha, que sólo reivindican para conseguir votos. Sin iniciativa clara, dando tumbos, sobre todo en el tema económico. La victoria de Zapatero o las derrotas de la izquierda francesa e italiana son los ejemplos más claros de este fenómeno. No hay líderes que susciten ilusión ni que sacien los deseos de quienes sienten que este sistema es injusto. Sólo Obama y no es ni europeo ni americano.

Europa está sufriendo el efecto contrario a Latinoamérica. En el “nuevo continente” la izquierda está en auge, ya que representa algo diferente a lo que ha gobernado hasta entonces. Es una esperanza o una ilusión de cambiar una situación que está dominada por los Estados Unidos y sus valores. No se puede obviar que toda la información que recibimos y que forma nuestra opinión proviene de medios que comulgan con los valores occidentales. Vivimos sin contrapunto, aunque sea más imprescindible que nunca.

jueves, 28 de mayo de 2009

Burrada episcopal

Parece que entre el reaccionario mundo de la jerarquía católica hay una extraña carrera o competición por decir la mayor burrada. Si el Papa dijo que el condón aumentaba el Sida, ahora llega el redactor jefe de “Alfa y Omega” (revista de Rouco Varela) y afirma, sin despeinarse, que “si se banaliza el sexo, no tiene sentido considerar delito la violación”. Luego ha matizado que no quería frivolizar, pero que si convertíamos el sexo en una diversión, violar es obligar a alguien a “divertirse” unos minutos. Valiente comparación. Claro, es parecido que tu profesor te obligue a jugar a béisbol en deporte, que te obligue a hacerle una felación en educación sexual. Eso es tan parecido como jugar a fútbol con un balón o con una bomba nuclear.

La decadencia ética de algunos católicos con el tema del sexo es peligrosa. Tienen pánico a que esto se convierta en una Sodoma (algo que, en parte, sería muy recomendable) y actúan como padres de la sociedad. Es paradójico escuchar a un cura, que en teoría no puede enamorarse ni practicar sexo, dar lecciones sobre el matrimonio o hablar de preservativos. Es como si yo siento cátedra sobre física cuántica. Además, este proteccionismo da a entender que no somos lo suficientemente adultos o maduros como para controlar nuestros actos (algo que, en cierta medida, es cierto). Pero lo que menos entiendo es ese encono con el pecado lujurioso, como si fuese el mayor mal de la humanidad. Creo que el hambre o las epidemias son problemas de mayor calado, pero parece que para uno de los mayores negocios mundiales eso no importa. La justicia social es cosa de pirados e ingenuos.

miércoles, 27 de mayo de 2009

Hablemos en plata

La elección de Mari Mar Blanco como presidenta de la comisión de víctimas del Parlamento vasco ha sido puro simbolismo. Para un Gobierno que niega que haya víctimas de la tortura o del Estado, como por ejemplo los que han pasado 11 años sin saber qué iba a ser de ellos, es lo más tener a una “víctima del terrorismo” como representante político. Sólo cabe recordar que Mari Mar Blanco es hermana de una víctima de ETA, de la víctima del asesinato no más atroz, pero sí más escandaloso de la banda etarra. Por lo que, si ser familiar de víctima de ETA te convierte en víctima, por el sufrimiento, mi madre, por poner un ejemplo, o yo mismo, también lo somos. Mi abuelo estuvo amenazado y uno de mis mejores amigos de la infancia tuvo que partir de Bilbao por culpa de los “liberados del pueblo vasco”. Pero yo no me siento víctima, es más, muchas veces por mi ideología política me han colocado cerca de los verdugos. Es lo que ocurre cuando se delega o usurpa la autoridad de todas las victimas a colectivos situados a la derecha extrema, que, con muy mala leche, utilizan su dolor para atacar a los demás con total impunidad. Quizás el PNV no ha tenido un trato exquisito con las víctimas, para las que más aparecen en los medios sobre todo. Pero el PSOE o el PP tampoco. ¿Quién no puso un escolta a Luis Portero? ¿Quién no ha pagado a las viudas de muchos guardias civiles?

Pero no es eso lo que me ocupa hoy, por mucha rabia que me dé. Lo que me preocupa es que ser “víctima del terrorismo” remunera. Desde el nacimiento de Basta Ya son muchas las “víctimas del terrorismo” y chupópteros adyacentes que se han dedicado a vivir de su sufrimiento. Iñaki Ezquerra, por ejemplo, es uno de los chupópteros. Antes del nacimiento de las “plataformas constitucionalistas” (yo las llamaría las “plataformas que infunden rencor con la excusa de los asesinatos de ETA”) era un articulista literario. Luego de Basta Ya empezaron los premios, los reconocimientos, el dinero a borbotones y sobre todo la calumnia gratuita. Podría empezar a enumerar los insultos escupidos por los diferentes “intelectuales” (algunos, lamentablemente, lo son, por mucho que a veces lo disimulen), pero daría para un libro. Por cierto, muchos de esos “luchadores cívicos” han empuñado un arma o han defendido la violencia como medio político y hasta han editado libros de ETA. Mari Mar Blanco, en cambio, forma parte de los primeros. Desde el asesinato de su hermano, al igual que otros familiares de víctimas, se ha ido colocando por ahí a base de barbaridades. Sin experiencia política, es ahora parlamentaria y presidenta de la comisión de Víctimas (sólo existen unas). Y lo es por el nombre, no nos engañemos. Es políticamente incorrecto, pero es así de duro. Sólo ha dirigido la Fundación Miguel Ángel Blanco y ha estado en la AVT. Es del ala ultra, que equipara a asesino a quien no defiende su posición contra ETA. De hecho, pidió a Pilar Manjón, que de sufrimiento sabe igual que ella, que pidiera “perdón” a las víctimas de ETA por defender el diálogo entre el Gobierno español y ETA, medida que Gorka Landaburu, entre otros, defendió.

Pero ya se sabe, hay víctimas que son más víctimas que otras. Primero, están las víctimas del PP que son más que nadie. Segundo, están las víctimas del PSOE que son aceptadas con reticencias (según la coyuntura). Y tercero, y están bastante olvidadas, las víctimas que no tienen nombre, muchas de ellas, gente humilde que todavía esperan una pensión para poder sobrevirir. Luego están las víctimas que son abertzales, que muchas veces por ideología política, están más cerca de sus verdugos que de las demás víctimas (sólo falta decir “que se jodan”). Resalto que sólo son víctimas las de ETA, porque las demás no existen. Que te pegue la policía, que te torturen en una comisaria o que cierren periódicos con total impunidad y sin demostrar nada es lo más normal en una democracia o simplemente no pasa. Y esto mientras se excarcela a asesinos o se condecora a torturadores por haber sido asesinados por ETA. Como si fuera un mérito.

Es un insulto que Josu Ternera esté en una comisión de Derechos Humanos, pero que Fraga sea considerado un “padre de la democracia” es un lujo. ¿Verdad Mari Mar?

Hablemos en plata.

domingo, 24 de mayo de 2009

Añoro lo desconocido

De noche, en un bar, miradas desconocidas y cruzadas, una nueva ilusión florece. -“¿Seré yo?”- te preguntas mientras paladeas tu saliva, estás nervioso. Trece mil pensamientos y la mente en blanco, pero una sola pregunta: ¿qué hacer? -“Es igual”- piensas. ¿Cómo voy a ser yo? Y efectivamente no eres tú. O quizás sí, porque no te has acercado. No tienes valor. Es muy difícil. Pero sueñas alegremente, aunque añores algo así. Ves películas de cine español en la que el protagonista es un “tirao” como tú. Te identificas, al igual que podrías identificar a algún amigo más. Él conoce a alguien especial, lucha cada palabra. Tú no sabes, bueno sí, pero no rematas. Quizás no sea la solución, pero sirve para mantener una ilusión. Escuchas los Piratas. Aunque no sea amor, sino el simple hecho de tratar con alguien que te haga desconectar. Es un valor imprescindible. Intentas destacar, pero no lo consigues. O sí. Tampoco lo sabes, así que no ganas nada. ¿Qué haces? Pareces un tábano.

Miras al cielo y te preguntas por qué. Aun sin saber por qué te preguntas por qué. ¿Por qué soy así? Sufrir es el sino del hombre. La imperfección y la constante evolución nos lleva a ello. Al igual que las ilusiones. Quién no desea es hombre muerto o mente en descomposición. Te sientas en el asfalto mojado. “¿Seré interesante?” “¿Qué imagen doy?” Suenan canciones en tu cabeza. El equilibrio es imposible. Es la actitud: rebeldía autocontrolada y sugestión de sentimientos. Es mejor callar, por miedo o indecisión, que errar. Pánico al fallo. Somos tímidos, ¿y qué? Ellas se lo pierden también, ¿o no? Pero me da igual, porque pierdan o no, si yo pierdo lo siento. Y lo siento adentro. ¿Por qué los demás aparentar ser felices mientras me consumo entre dudas y vacíos? ¿Será por mi naturaleza? ¿Por qué me hago demasiadas preguntas? ¿Exijo demasiado, quizás?

Es difícil relacionarse en una sociedad hermética. Más aún, cuando eres el claro ejemplo del euskaldun: tímido, gracioso y amigable. Detrás se esconde una persona, pero eso no importa. No nos importan las personas, sólo queremos carne. ¿Déficit o superficialidad? La vida pasa rápido y no se puede estar a todo. Piensas en lo que deseas y temes lo que piensas. ¿Será el fin? ¿Hasta cuándo así? Me asaltan las dudas. Son las 6 de la mañana y estoy caminando solo. Recuerdo lo que he vivido y me compadezco. La vida no es una película, aunque haya mucha gente feliz. ¿Cómo se consiguen las cosas? Abro la puerta de casa, me meto en la cama. El día ha acabado, uno menos. Encontraré lo añorado y se desvanecerá. Pero perdurará la ilusión. Estoy vivo.

viernes, 22 de mayo de 2009

Somos sujetos y no objetos

La vida últimamente se ha vuelto demasiado material. Sólo buscamos vaciar nuestros bolsillos para saciar nuestras ansias de gastar. Muchas veces compramos cosas que no necesitamos, ni que vamos a necesitar. Nos han metido el consumo en las venas, lo que es perjudicial cuando se vuelve compulsivo. Intentar acabar con una depresión yéndose de compras es muy triste y un espejismo, porque los problemas de espíritu nunca se pueden arreglar con material. Porque, aunque parezca que estamos mejor, sólo es un parche. Y los parches tienen fecha de caducidad. Pero no es eso lo que más me preocupa. En estos últimos tiempos hay una tendencia bastante sospechosa, que consiste en quitar tiempo a las materias humanísticas. Son las materias críticas, las que hacen que uno mismo se enfrente a sí mismo y relativice. Y ese espíritu acrítico, acrecentado por la falta de memoria, nos deshumaniza. Desconocer que hay alternativas e ignorar el pasado permite perpetuar los problemas. La solución perfecta no existe, pero descartar las incorrectas ayuda a solucionar los conflictos.

Es verdad que en estos años hemos progresado. Es notable el progreso técnico. Nadie hubiera imaginado que las líneas que estoy escribiendo en este instante pudiera leerlas alguien de la otra punta del globo sin necesidad de ser tangibles. Pero de lo que estoy menos seguro es de que hayamos avanzado intelectualmente. Es cierto que la formación actual es mejor que las anteriores, pero el espíritu crítico imprescindible en todas las sociedades que se dicen democráticas es todavía una quimera. El ansia de repartirse el poder de unos y los medios almidonados que avalan este bipartidismo permiten que se ignore nuestra realidad. Todo esto con la complicidad de una sociedad (en la que me incluyo) que sólo desea su propia comodidad. Algo que es muy loable, pero que es imposible sin la ayuda de los demás, puesto que somos seres sociales y empático. Es dramático que Emakunde critique a quien ha intentado salvar la vida de una mujer, poniendo la suya en peligro, por ser defensor del Alarde Tradicional. Es un insulto, la verdad sea dicha.

En una sociedad en la que cada día es más relevante el hecho que la palabra, nosotros nos dejamos llevar por la vacuidad semántica. Es paradójico, pero sólo así se puede explicar el éxito de muchos políticos, que se escudan en su imagen para esconder sus miserias. Vivimos en un Estado que niega su propia violencia y que justifica lo injustificable con el asentimiento de muchos ciudadanos que, de forma autosugestiva o por odio, defienden. Es un estado de blanco y negro permanente, en el que cada uno defiende sus tropelías como si justas fueran. Quién menos pega no tiene la razón. La violencia política es un producto humano. Sólo el espíritu crítico y constructivo puede ayudar a que ésto mejore. Pero parece que no interesa y que la perpetuación de los problemas da poder. Yo, por lo menos, seguiré creyendo que el humano es humano antes que nada y que, aunque reivindique lo mío, los demás también tienen derecho a hacerlo. Construir país es construir sociedad, los símbolos no se imponen, sino que es el Pueblo quién los acepta. El Pueblo son sus ciudadanos, puntos de los símbolos, que forman una comunidad heterogénea. Y hay que aceptarlo. Nosotros somos todos parte del error y de la solución. No hay que esconderse, hay que dar la cara. Somos sujetos y no objetos. Ahora más que nunca.

lunes, 18 de mayo de 2009

Amante de la Noche

Acabo de terminar “Esperando a Godot”, un teatro un rato absurdo de Samuel Beckett. Más allá de la prisa por leerlo, ya que me lo pedían para clase, lo que ha hecho que no me quedase con los detalles (algo que me ocurre a menudo), me ha recordado la belleza de las conversaciones nocturnas. La obra de teatro, que se lee rápidamente, trata sobre las conversaciones y elucubraciones vacuas de dos vagabundos que esperan a alguien. Las noches se repiten con el mismo guión y aparecen los mismos personajes, lo que hace que al final de cada escena sigan esperando a Godot. Pero yo no me he quedado con eso, la esencia de la obra, sino con tres caracteres superficiales de ella: los amigos, la conversación y la noche.

El primer carácter me parece vital. Sin amigos uno no tiene con quien compartir su vida. Además, son necesarios para el desarrollo de la existencia humana. La soledad es una gota que hace agujero, por muy romántica que parezca. Quien pasa solo su tiempo, acaba muriendo lentamente. Es así de solemne y triste. Por mucho que los poetas intenten dibujarle un halo de belleza alrededor. Estar solo es algo muy triste y que condena a uno a la amargura eterna. El humano necesita distraerse y ser social. Es por eso que se dice que somos “seres políticos” y “sociales”. Necesitamos discutir, amar, odiar y sentir. De hecho, el hombre tiene que nutrir su espíritu. Sentir ese gozo del que hablan los curas, cuando se refieren al papel de Dios en nuestras vidas. Un papel que exista o no, debe ser cubierto. ¿Qué somos sin ilusión? ¿Qué somos solos?

El segundo carácter es más prescindible. La noche para mí representa muchas cosas. Desde pequeño es la parte del día en la que he tenido más tiempo para estar solo y reflexionar. No es que sea un pensador, pero todos necesitamos ratos de soledad para forjar nuestra personalidad. Yo he elegido la noche. Puede que haya sido por esa solemnidad que le da el silencio o porque no haya tenido otra cosa que hacer que pensar en las largas noches que he pasado sin pegar ojo. La paz de la noche despeja. Es el momento íntimo del día, ya que cada uno se retira a su lecho a descansar. Ahora quizás me arrepienta de este amor a la nocturnidad por el insomnio que acuso a veces. Pero la noche es así. Y no sólo la de jarana. Es agradable.

El tercer carácter es puramente humano. Conversar es algo que nos pertenece. Hay muchas maneras de hacerlo, pero el cara a cara es el más propicio. Nuestra conversación no sólo depende de las palabras, sino también de los diferentes gestos que salen de nuestro cuerpo. Pero eso no es lo que me gusta de conversar. O sí. Lo que más aprecio de la conversación es su naturalidad. Cuando compartes algo con alguien y eso te quita una carga de encima, cuando arreglas el mundo y te das cuenta de que no eres tan diferente a los demás. Conversar nos hace humanos y nos mimetiza. ¿Quién no ha descubierto que sus preocupaciones no son cosa de otro mundo? ¿Quién no se ha dado cuenta de que sus propósitos no eran tan descabellados? ¿Quién no recuerda conversaciones irrepetibles?

En fin, que siempre que intento ser algo íntimo no lo consigo. Quizás porque sea introvertido o porque, como bien se dice, hay cosas que nunca se deben contar. El equilibrio es imposible. Pero aún recuerdo conversaciones a las noches por el Paseo del Guggenheim hasta bien entrada la noche. Noches agradables con diferentes personas que merecieron la pena y que, a pesar de que ahora tengas esos ratos mitificados, espero que vuelvan pronto.

sábado, 16 de mayo de 2009

Yo silbé al himno de España y al Rey

Ante la oleada de descalificaciones que hemos tenido que escuchar por haber silbado a “los símbolos que nos cohesionan como nación”, admito que yo sí lo hice. Y estoy orgulloso de ello, además de que lo volvería a hacer. Aunque a algún político del PP de Melilla le parezca que tienen que sancionarnos. Pues que lo hagan, pero quedarán a la altura del betún. ¿Por qué nadie se acuerda de sancionar a los aficionados de España cuando pitan a Turquía? ¿Por qué nadie sanciona a quién incumple las leyes como el Estatuto de Gernika? Pero este lío que ha desembocado en el despido del jefe de Deportes de RTVE no es más que una tapadera para evitar los porqué. Nadie quiere preguntarse las razones por las que los aficionados del Athletic y del Barça pitaron al Rey y al himno y prefieren insultar. Es la prueba de que se intenta desdeñar que la cohesión española es una quimera. Pero no es más que el sino de quienes, sabiendo que la soberanía española no tiene contrapeso, pasan de integrar a los elementos que se siente incómodos dentro del Estado. Y así ocurrirá más veces.

Las razones por las que se silbó el himno pueden ser diversas. Unos puede que lo silbasen por fobia a España o porque les indigna que se ponga el himno del Estado en la final de la Copa del Rey. Otros lo hicimos porque despreciamos a la Familia real como institución y porque no soportamos “La Marcha Real” símbolos edulcorados del franquismo. A Juan Carlos I lo impuso Franco, no lo olvidemos y Franco se levantó contra la Segunda República española. Es más, si la Copa del Rey hubiera sido la Copa de la República o algún nombre parecido mucha gente lo hubiera respetado. Yo, por lo menos, hubiera respetado la llegada de Zapatero, porque aunque no simpatice con él ni sus políticas, admito y advierto que ha sido elegido por votación popular. Además, la República tiene otro halo, que la hace más justa desde su base, ya que una República democrática está fundada en la voluntad popular. Aunque sea imperfecta.

Estos silbidos deberían servir para preguntarse por qué lo hicimos. Este altercado tendría que hacer reflexionar a los que llevan a este Estado. ¿Por qué hay ciudadanos que odian a España y a la Monarquía? ¿Cómo integrarlos para que, sin dejar reivindicaciones propias a un lado, se sientan más o menos cómodos en España? Pero en lugar de reflexionar, los políticos españoles han cerrado filas. Unos han insultado, otros han despreciado y otros han respondido que “la Monarquía es la Institución más valorada” (algo que demuestra qué clase de sociedad es la española). Este miedo a discutir la forma de España es el recelo que tienen algunos a que sus dogmas sean puestos en solfa. Siguen sin aprovechar que la Constitución anuncia que hay 3 naciones sin Estado dentro de España, por mucho que tomen la Carta Magna como la Piedra Filosofal. Es la huida hacia delante que como la avestruz esconde su cabeza. Igual que ocurrió con el Nuevo Estatuto para Euskadi.

martes, 12 de mayo de 2009

Esto no se paga con dinero


Así de tajante fue Javi Martínez con Petón después de la semifinal contra el Sevilla. La machada conseguida por él y sus compañeros fue un primer paso para entrar en la historia del Athletic. No olvidemos que el equipo rojiblanco tendrá mañana la oportunidad de revalidad su “título” ante un Barcelona en horas “medianas” tras 25 años de sequía. Es demasiado tiempo para un equipo con un palmarés extraordinario, que desde hacía mucho no se paseaba por una final de Copa. Es cierto que en años anteriores anduvo cerca. Sin embargo, los penaltis y un Real Madrid con algo de fortuna impidieron que la gente de la generación posterior al 85 pudiera disfrutar de una Final.

Esta final puede ser también el espaldarzo que necesitaba el equipo. Hace dos temporadas el Athletic se salvó del descenso contra el Levante, en un partido que pasará a la Historia como el del sufrimiento. Ahora, que se está a un paso de la gloria, conviene recordarlo. La final de mañana es el premio a todos aquellos que creyeron en aquel equipo y que formaron parte de aquel “milagro” de Mané. Y así parece que lo toman los aficionas. Mañana Valencia será Vizcaya.

A ilusión no nos ganan. Esto no se paga con dinero: es pura ilusión.


AUPA ATHLETIC!

lunes, 11 de mayo de 2009

Obstinados con Imaz

Con el baile de “posibles” para el Gobierno vasco de Patxi López han salido un montón de nombres a la palestra. Esta indecisión y el desconocimiento casi absoluto de los nombres de los nuevos consejeros ha provocado que los rumores, que siempre acompañan al secretismo, hayan sido hasta disparatados. Y más aún, cuando la máxima de López era pescar consejeros “independientes” (su obsesión suprema) de las filas “nacionalistas” (del PNV o EA) y alguno del PP. Han sonado nombres como Pedro Luis Uriarte o Andrés Urrutia, pero el más hilarante ha sido el de Josu Jon Imaz. Se perfilaba al expresidente del PNV como el nuevo consejero de Industria. Este rumor, yo más bien diría deseo, creo que es culpa de la obsesión que tiene el PSOE con Josu Jon Imaz. Una obsesión por acercar al Presidente de Petronor a la órbita socialista para, de paso, volver a reabrir viejas heridas entre jeltzales. El País ya utilizó la figura de Imaz durante las elecciones, lo que llevó a que muchos pensasen que éste se había acercado a las tesis socialistas. También es verdad que el antiguo presidente del EBB se ha dejado ver poco en actos de su partido, pero sin embargo, ha aparecido como presentador de políticos de otros partidos en el Fórum Euskadi.

Y por si fuera poco, López ha vuelto a reiterar esta mañana lo que sus medios transmitían. Así, en la entrevista que ha concedido esta mañana a TVE-1 ha afirmado que “le habría encantado tener a Imaz en su gobierno”. Encima, ha apostillado “Imaz, como mucha otra gente que tiene responsabilidad de país, colaborará con este Gobierno como lo haría con cualquier otro”. Estas alabanzas no sé cómo tomarlas. Yo soy de los que piensa que son cantos de sirena. El PSOE sólo buscar hundir más al presidente de Petronor que, según anunció en una entrevista para Vocento, “había cerrado su ciclo como político”. Y así lo creo, porque son conscientes de que cualquier laudatorio va a caer como un jarro de agua fría para su fama política. El hecho de estar bien considerado por los “españolistas” es para muchos un signo de “debilidad”. Algo que resulta primitivo, pero que los más ortodoxos utilizan para hundir políticamente a la persona y al partido. Y esto puede ser peligroso, porque en épocas de crisis muchas veces se impone “el que más grita”, lo que puede ser muy perjudicial para el Partido. Ya ocurrió en la época álgida del Nuevo Estatuto Político, cuando la inoperancia del Gobierno central y el PP (los que tanto apreciaban a Imaz) y la presión del mundo del MLNV, envió al político de Zumarraga a Estados Unidos.

Ese acontecimiento debe recordarnos que nadie quiere nuestro bien como Partido. Ni por un lado, los medios afínes al PP y PSOE que se pasan el día recordando a Aguirre, ni por el otro, el mundo del MLNV que sólo quiere nuestra destrucción. Es más, yo me atrevería a decir que hay algo oscuro entre el PSOE y el MLNV. Son muchos los políticos socialistas que vaticinan un final de la violencia de ETA. Egiguren no me da ninguna confianza, ya que por fastidiar al PNV es capaz de dar las llaves de Lehendakaritza a ETA. No olvidemos que en la última tregua Batasuna y el PSOE estaban negociando un Estatuto para 4 de espaldas al Lehendakari. Por eso, ahora que ya tienen Lehendakari López, los socialistas pueden negociar directamente con ETA sin contar con el PNV. Algo que resultaría peligroso y que podría inquietar a los sectores más abertzales del MLNV. Por eso, hay que marcar de cerca al PSOE y al MLNV y seguir a lo nuestro. No escuchemos los cantos de sirena que no desean más que nuestra perdición. Que no vuelva a pasar como ocurrió con Imaz. Hay que remar a una para hundir el batel socialista y acabar con ETA.

sábado, 9 de mayo de 2009

Es patético

En este primer fin de semana con Lehendakari socialista, me gustaría hacer un balance de los hechos. Será somero e improvisado, no os penséis que soy un experto en esto.

La toma de posesión de López fue patética. Dio vergüenza. No por el hecho de ser socialista o porque cambió el juramento, sino por cómo lo hizo. Su juramento iba en contra del primer artículo del Estatuto. El incipiente gobernador habló de “ciudadanía vasca”, mientras que el Estatuto habla de “Pueblo vasco”. Dos conceptos que tienen mucho sentimiento detrás, más aún cuando se jura “fidelidad a la Corona”. Esa fidelidad que es opuesta al espíritu de los Fueros. Eran los reyes quienes juraban felicidad a los Fueros. Y no al revés. Luego vino lo más vergonzoso. Ibarretxe cedió la makila a López, y éste la cogió como si hubiera ganado Roland Garros. Recordaba mucho a Nadal con una Copa. Es un trofeo, es el trofeo del PSOE. Así lo entienden ellos. Y para rematar la jugada, la mujer de López actuaba como si fuera la “Primera Dama” (con morreo incluido). Están llevando muy lejos la comparación con Obama, hasta extremos ridículos.

El patetismo del PSOE lleva a cuotas dolorosas para los vascos. Ver a los Guardias Civiles, Policías Nacionales y representantes del ejército en Gernika duele a los ojos. Debería ser algo normal, es cierto, pero no estaría mal recordar que dos de estos cuerpos fueron los instigadores de la destrucción de la Villa sacra de los vascos. Además, dudo que entiendan y respeten la sacralidad de la villa vizcaína. Pero no son los únicos que no se sabía qué hacían delante del árbol. No tengo ni idea de qué pintaba Revilla o Chavez en Gernika. El primero por su “vasquismo” y el segundo por el incumplimiento del Estatuto. Para honrar a un símbolo, primero hay que creer en él. Y dudo que estas dos personas lo hagan. Quizás respeten el símbolo, aunque a juzgar por las declaraciones que hace Revilla sobre los vascos o Euzkadi, lo dudo bastante.

Pero no pasa nada porque ya vendrán los medios a pintarnos que viene la libertad. Porque parece que hasta hace poco hemos vivido en un régimen totalitario. Así, Jose Antonio Pastor, portavoz socialista, afirmó que la llegada de López a Ajuria-Enea“cierra la transición democrática en Euskadi y en toda España”. Por esa regla de tres, en Andalucía y Extremadura la Transición está inacabada y ellos son colaboracionistas en Euskadi. Pero estas no fueron las declaraciones más rimbombantes. Mapi de las Heras, viuda de Fernando Múgica, que aseveró que “vamos a dejar eso de Lehendakari, eso corresponde a los nazis". Da gusto escuchar a las víctimas del terrorismo con qué impunidad insultan a los ciudadanos vascos. Y nadie levanta la voz.

Para llegar al fin de semana faltaba una puntilla. López ya había hecho el ridículo en la Cadena Ser, pero aún faltaba la entrevista en ETB2. Jaime Otamendi le estaba esperando con una entrevista en la que “dejó en calzoncillos” al bueno de Patxi. Hay momentos delirantes en los que el de Portugalete no sabe dónde meterse. Sería gracioso, si no fuera porque es el presidente de la CAV. Fue una constatación de que su discurso está vacío de contenido. Que sólo juega de conceptos abstractos e intangibles y que no tiene ningún plan concreto. Igual que Zapatero. E hizo el ridículo en ETB2. Es una pena que este tipo de entrevistas no se vayan a hacer más. Porque ya era hora de que alguien hiciera una entrevista para cazar al entrevistado.

Es patético. Y eso que todavía no ha salido de Euskadi.

Las cosas con tranquilidad

De hoy en adelante me tomaré las cosas con más tranquilidad. Eso es que, quizás, no renovaré el blog cada día. Puede que así mis artículos resulente más frescos.

He perdido el ritmo, lo sé.

PD: Hace diez años que hice la Primera Comunión.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Esto no puede haber ocurrido

Carles Francino preguntaba esta misma mañana en su “Hoy por hoy” a Patxi López, si conocía principio de Arquímedes. El nuevo Lehendakari le ha respondido que “depende de cuál de ellos”, lo que ha dejado de piedra al presentador y también a gran parte de la audiencia. El principio de Arquímedes explica que “todo cuerpo sumergido en un fluido experimenta un empuje vertical y hacia arriba igual al peso de fluido desalojado” y su descubrimiento internacionalizó la palabra “Eureka”.

A mí al principio tampoco me sonaba, no voy a ir de docto, pero prefiero decir que lo ignoro para después reconocerlo, que hacer el ridículo para toda España. Pero Patxi López no. Aunque sea el nuevo Lehendakari. Y eso que somos nosotros los aldeanos frustrados ante la modernidad liberal, tal y como anoche afirmó Carlos Carnicero en la Cadena Ser. Menos mal que somos nosotros los aldeanos, porque si lo fuera el bueno de Patxi nuestra “casta” se convertiría en la de los doctos progresistas. Porque, ya se sabe, es mucho más inteligente vivir toda la vida de la política que pasar las horas estrujándote el cerebro para escribir artículos en un blog que apenas se lee, mientras que tendría que elaborar un reportaje del que no se me ocurre nada. Y es muy progresista ser hijo y nieto de “obreros” y, más aún, si tu único mérito es ser hijo de “Lalo”, como si de una dinastía se tratase. Pues mire, yo soy nieto de gente que, sin ser obrero (alguno nació en caserío), se partió la espalda por sacar adelante a sus familias. Pero soy burgués.

Pero Patxi nació inteligente. No hay más que ver su currículo, que hoy mismo ha justificado en “Hoy por Hoy”. Dejó Ingeniería Industrial en segundo para dedicarse a la política. Un idealista. Lo que choca es que lo hiciera a los 28 años, por lo que, estuvo 10 años entre primer y segundo curso. Modélico. Tan idealista es nuestro Patxi que en la Transición fue de los que protestó en la Casa de Juventudes de Portugalete, antiguo Batzoki del PNV, para que se lo devolviesen a sus anteriores dueños. Es su batallita más conocida. Tan notoria como su amor por la cultura vasca. Parece que bailó en un grupo de danzas vascas y hay fotos, de las que, según un reportaje serio de El Correo, “se avergonzaría hoy en día”. Y es tan profundo su amor al euskera, que lleva más de 4 años aprendiéndolo sin que nadie haya atisbado ningún avance. Eso es pasión por una lengua. Y, además, es un chico muy majo que tiene una mujer muy elegante, que también es miembro del PSOE (concejal en Bilbao), al igual que su hermano. Todo queda en (buena) familia, en definitiva.

Y esto no es lo más grave. Lo alarmante es que no haya habido nadie, aparte de los nacionalistas vascos, que haya puesto el grito en el cielo. Ningún hagiógrafo ha dudado de la legitimidad de Patxi para dejar sus estudios y, es más, lo han justificado. Y bien digo hagiógrafo, o mejor debería decir “santificador”, porque la campaña de imagen que han hecho Vocento y Prisa ha sido de vergüenza. El espíritu crítico ha sido una quimera en estos últimos tiempos, ya que los periodistas se han convertido en juntaletras a sueldo. O eso, o estamos todos locos y aquí no ha pasado nada. Porque es extraño que a los analistas y articulistas políticos, que tantos premios amasan y que con tanta excelencia hablan sobre Euskadi, se les escape que los jueces han dejado fuera de juego a 100 000 personas. Es improbable que estos señores, que suelen sentar cátedra en muchos de sus artículos, hayan defendido validez a un discurso vacío y hayan manipulado la realidad a su antojo sin darse cuenta. Es más, lo han hecho a sabiendas. Y eso es muy grave y debería ser perjudicial. Pero no pasa nada, son intelectuales orgánicos.

¿El fin justifica los medios? Esto no puede haber ocurrido.

martes, 5 de mayo de 2009

¡Que llega el Cambio!

El Parlamento vasco está de gala. La sesión parlamentaria ha comenzado y pronto, el añorado cambio para algunos llegará a Euskadi. Esta tarde, si no hay algún imprevisto que lo impida, Patxi López será el Lehendakari de todos los vascos. El portugalujo será elegido gracias a la aritmética electoral, la ilegalización de Herri Batasuna y la inestimable ayuda del PP, que le cederá sus votos. Pero debemos aceptar esta coyuntura, porque el Parlamento tiene la legitimidad “implícita” de nuestros votos. Aunque esta cámara no represente la voluntad real de los vascos por una ley que considero injusta. Pero no había otra alternativa, ya que el plante no llevaba a nada positivo. No presentarse a las elecciones, por muy poco democráticas que hayan sido, hubiera sido una irresponsabilidad. No se puede condicionar el futuro de una sociedad a la suerte que corra una minoría ilegalizada. Más aún, cuando ni los propios ilegalizados se plantan cuando sus compañeros quedan fuera de la legalidad, tal y como ocurrió en las últimas elecciones municipales y forales.

El nuevo gobierno López abrirá una nueva etapa en la política vasca. Siguiendo el hilo de la campaña electoral socialista, este nuevo tiempo estará seguramente centrado en la imagen. Los medios abarcarán la “realidad vasca” y ejercerán como portavoces del incipiente Gobierno. Los periodistas seguirán siendo hagiógrafos oficiales y atacarán con sus afiladas plumas a quien se anteponga a su voluntad. Se hablará de “transversalidad”, de “convivencia”, de “para todos los vascos” y se enaltecerán los grandes avances que logrará el Gobierno vasco, como si el nuevo ejecutivo hubiese descubierto la Piedra filosofal, mientras que se legislará desastrosamente. Los defensores de López se centrarán en lo abstracto para maquillar lo concreto y utilizarán la ambigüedad socialista para justificar lo que haga falta. Es el eterno sino socialista. El nuevo gobierno se aprovechará, asimismo, de los aciertos de los anteriores Gobiernos para adjudicarse medallas. Pasará seguramente con el Tren de Alta Velocidad.

En los temas delicados el Cambio será notable. El nuevo ejecutivo jugará al despiste con su ambigüedad característica. Primero, lanzarán un órdago para luego retirarse en cuanto su pareja así lo considere. Igual que hicieron en Navarra con UPN y con otras tantas promesas irrealizadas o incumplidas de antemano. Aparte, montarán un “consejo de sabios” afines que predicarán en consonancia con ellos. Esta medida sólo llevará a “inflar” el cupo de cargos públicos y para ganarse unas plumas amigas. Es la nueva forma de hacer política “para todos” que preconiza el PSE-EE, que no es más que la vieja política socialista, que adorna sus rancios postulados con palabras bonitas. Es la ley del espejismo político; el “dónde dije “digo”, digo “Diego””. Así lo atestiguan campañas como “Más Estatuto” o “El Euskera en Libertad” que el pacto con el PP se ha llevado por delante. Es, en definitiva, la representación de un partido sin ideología concreta, que ha llevado el pragmatismo hasta un extremo en el que ha perdido su identidad.

El Cambio es la realización del apretón de manos de Redondo Terreros y Mayor Oreja. Así lo demuestra la ilusión que ha despertado la próxima llegada de Patxi López a Ajuria-Enea en el seno del PP. Y sólo así se entiende que el PSE-EE haya otorgado la presidencia del Parlamento vasco a una parlamentaria del PP que no habla euskera. Aun así, debemos aceptarlo. No podemos caer en la tentación de la pataleta fácil, ni en los cantos de sirena del MLNV. Tenemos que ser reflexivos y racionales. Sólo así recuperaremos la centralidad perdida.

lunes, 4 de mayo de 2009

Obama, el Zapatero estadounidense

Obama se está convirtiendo por méritos propios en el Zapatero estadounidense. El americano, al igual que el español, fue abanderados de un cambio. Representaban proyectos jóvenes y frescos. Sus estados salían, además, de épocas negras bastante parecidas. El primero, coge un país destrozado económicamente por Bush, y el segundo, tuvo que recomponer un estado políticamente en ruinas. Son, aparte, más cosas las que les unen. El discurso de Obama es parecido al del “talante” de Zapatero, ya que evoca una “nueva forma de hacer política” basada en el respeto “mutuo” entre “diferentes”. Asimismo, los dos gobiernos han cumplido nada más empezar a ejercer una de sus promesas electorales más emblemáticas. Zapatero prometió retirar a las tropas españolas de Irak y Obama cerrar Guantánamo. Ambos lo han cumplido. Aunque queda sin saber si Obama hará como Zapatero y pasará todos esos presos a otras cárceles que pasan desapercibidas, tal y como el presidente español hizo con sus tropas a Afganistán.

Zapatero y Obama, también, han prometido intentar resolver conflictos históricos. El presidente español intentó abordar el conflicto político vasco desde una perspectiva más abierta. Algo así intenta hacer Obama con Cuba. El presidente americano, al contrario del español con la política territorial, ha admitido que la Guerra Fría contra la isla ha sido perjudicial para los intereses americanos. Y evoca un término clave para la resolución de cualquier conflicto político: la “bilateralidad”. Eso es el reconocimiento de otro interlocutor que tiene un peso similar al tuyo; alguien con quien dialogas e intentas llegar a un acuerdo. Todo lo contrario que ha hecho Zapatero, quién se “cepilló” el nuevo Estatut catalán y quién conversó políticamente con ETA antes que con el Lehendakari. Pero que Obama evoque la bilateralidad no es sinónimo de que vaya a tratar a Cuba como a un estado soberano, lo que sería repetir el error de su homónimo español. Estas bellas palabras, como las de Zapatero, puede que sean una simple artimaña para ganarse la confianza de los países más reacios a las políticas estadounidenses, como por ejemplo los estados americanos. Porque, aunque esta última Cumbre de las Américas haya servido para acercar a Estados Unidos al continente americano, no ha servido para sacar grandes conclusiones, que es para lo que, en teoría, se habían reunido los jefes de Estado americanos.

Con el tema cubano, Obama se enfrentará al problema pendiente de los Estados Unidos. Éstos han tratado al gobierno de la isla como a un gobierno menor. Los estadounidenses han menospreciado la soberanía de la isla y le han practicado un embargo que ha hecho sufrir a la población cubana. Obama puede tropezarse con Cuba, como Zapatero se tropezó con Euzkadi. No olvidemos que Zapatero afirmó un par de días antes del atentado de la T4 que al año siguiente estaríamos mejor que al anterior. Era plena tregua de ETA y nadie se imaginaba lo que iba a ocurrir. Pero ese no fue su desliz más delicado, ya que Zapatero incurrió en un error mucho más grave y común entre los nacionalistas españoles: pensar que el conflicto vasco se iba a resolver con el fin de ETA. Y nada más lejos. Esperemos que Obama no se diluya con el tiempo como Zapatero.

sábado, 2 de mayo de 2009

Mi pequeño homenaje a Javier Ortiz

Con el fallecimiento de Javier Ortiz se ha ido uno de los columnistas que más leía. Me gustaba su sentido del humor. Sus columnas eran irónicas y hasta algo ácidas. Decía lo que pensaba y lo escribía también. Virtud no muy común entre periodistas que, por suerte o por desgracia, escriben lo que les mandan desde arriba. Pero el señor Ortiz era un “electrón libre” que trazaba lo que el cerebro o el corazón (según el artículo) le mandaba.

Era comunista, tal y como él reconoce en su obituario. Y aun con esa ideología escribió en El Mundo, de donde llegó a ser subdirector. Sin pelos en la lengua. Tal y como debe ser un periodista, él nos contaba su versión de los hechos sin obligarnos a creerla (en realidad, más que predicar, criticaba). Tenía, además, un estilo muy fresco, sin grandes florituras, pero sin llegar a ser vulgar. Conjugaba el verbo culto con la jerga callejera, lo que hacía que sus artículos fueran aptos para todos los públicos.

He aquí mi pequeño homenaje a este periodista diferente a los demás. Ya sé que el otro día escribí sobre él, pero su fallecimiento me impactó de tal manera que he tenido que esperar un par de días para redactar algo en su memoria.

PD: Hoy es 2 de mayo. Un día importante, porque el fue el inicio de la "Independencia española", que hundió a España y, en parte, a Euzkadi Sur en una ola reaccionaria que han heredado la derecha y cierta izquierda española. Y dos, porque era el nombre de la calle que habitó mi Abuelo.

viernes, 1 de mayo de 2009

Dos mujeres con poca vergüenza

La nueva presidenta del Parlamento vasco no acudió el otro día al acto de recuerdo del bombardeo de Gernika. Aquella destrucción que, según los que ganaron la Guerra, fue “obra de los rojos”, más en concreto de los gudaris. Un ataque directo contra el Pueblo vasco, secuela de los anteriores bombardeos a Durango y Otxandiano, en los que perecieron muchos vecinos. Fueron ataques contra la población civil. No hay más que recordar que cuando llegaron los franquistas a Gernika, se dedicaron a castigar a quién dijo que esa masacre fue obra del bando sublevado. Y no fueron los franquistas quienes bombardearon la Villa sacra de los vascos, sino los nazis. Algo que en cualquier país del mundo es sinónimo de actos civiles en recuerdo a quienes fallecieron, dónde acuden los representantes políticos y sociales del lugar. Menos aquí. La presidenta declinó asistir “por problemas de agenda”, mientras acudía a unas jornadas sobre víctimas del terrorismo (de ETA, claro) en San Sebastián. Estas jornadas estaban organizadas por Covite, una organización bastante cercana al Partido Popular.

Resulta paradójico, por no decir hiriente, que la máxima representante del Parlamento vasco sea incapaz de homenajear a los muertos en Gernika. Y es más hiriente o paradójico cuando su partido se pasa el tiempo acusando de “filoterroristas” o de “dar bola a ETA” a quienes no comulgan con sus ruedas de molino. Debe ser que el pasado duele. Porque para los herederos del franquismo tiene que ser muy duro darse cuenta de que su “cruzada” fue en realidad una masacre auspiciada por quienes se cargaron a seis millones de judíos (entre otros pueblos) en campos de concentración. Y todo con la total complicidad del Gobierno franquista. Y aun así, siguen dando lecciones de ética a los demás, mientras mantienen denominaciones franquistas en sus calles. El Franquismo, un régimen totalitario, del que algunos que se dicen demócratas aún no se avergüenzan. Y a los medios les da igual. Algunos sólo lo recuerdan cuando les conviene.

Pero no ha sido ésta la única noticia sorprendentemente asquerosa que he leído. Rosa Aguilar, la tránsfuga de Izquierda Unida, afirma en una entrevista a El País que “pedirá perdón a Felipe González por relacionarle con el GAL”. Y además también admite que “nunca se afiliará al PSOE”. El tiempo dirá, pero la primera afirmación es de traca. Los GAL son un proceso bloqueado y lleno de claroscuros. Todavía no se sabe a ciencia cierta si González estaba detrás, ya que se desconoce quién está detrás de la “X”. De hecho, hay un montón de cortapisas, las mismas que hay para esclarecer la relación entre el Rey y el 23-F, que impiden saber qué pasó en realidad aquellos oscuros años. Y eso mientras dan cursos de ética sobre Derechos Humanos sin despeinarse. Es de traca.