domingo, 20 de julio de 2008

Todo está muy lejos.

Cuando vamos creciendo vamos descubriendo que las cosas no están tan lejos como pensamos. De pequeños, vivimos “entre algodones” en un mundo falsamente perfecto. Hasta cierta edad no nos enfrentan con muchos problemas sociales como pueden ser las drogas, la violencia o el paro, a no ser de que se viva en primera o segunda persona. No obstante, es al pasar el tiempo que nos damos cuenta de que los problemas existentes en nuestra sociedad no son ajenos a nosotros. Descubrimos que el vecino está en el paro, que el tío de tal pega a su mujer o que el mejor amigo de tu madre está muerto por sobredosis. ¿A qué viene esto?

En estos últimos tiempos veo que muchos jóvenes no saben administrar su libertad. Repiten los errores de anteriores generaciones y los perpetúan. Hablan con miedo de las drogas para unos años después consumirlas. Es quizás ese ámbito el más complejo. ¿Cuántas veces hemos visto fumar a algún anti-tabaco declarado? Pero lo más grave no es el que fuma tabaco, sino el que toma otro tipo de drogas. Hoy en día, están en auge las pastillas y la cocaína. Son drogas bastante peligrosas y perjudiciales para nuestra salud como para nuestro entorno, pero sobre todo: bastante serias. Por no hablar de beber alcohol en exceso y de mala calidad. Ya no se disfruta el alcohol: se consume. A veces parece que no hemos aprendido de las cirrosis o el barrido que hizo la heroína en Euzkadi. Puede que nuestros hijos recuerden a los que el cannabis o la cocaína barrió. Puede que ellos sean barridos por las pastillas o vete a saber qué.

Aun así, lo peor que nos puede ocurrir en esta época de paz y prosperidad, donde no tenemos que luchar por la supervivencia como hicieron nuestros antepasados, es saber conservar nuestro nivel de bienestar y no suicidarnos con drogas y estupideces por falta de responsabilidad. No concebimos que somos los responsables de nuestros actos ni que estos tendrán eco en el futuro. Pensamos que todo está muy lejos.

1 comentario:

Nerea dijo...

Y es que hemos vivido en nuestras carnes eso de "pero a mí no me puede pasar...". Y es que sí pasa. Pasa cuando menos te lo esperas y a quien menos te imaginabas. Es increíble lo que la tentación y la ignorancia hacen juntas. Es que no ven que ESO es joderse la vida? Joderse la vida no es acabar como un yonki tirado, sino empezar el camino hacia las drogas. Porque no es sólo un tópico lo de que cuando empiezas es muy difícil salir, es que es así. No hay más. Y todos (y más nosotros, los ricos, los del norte, los occidentales, los que no tienen dificultades reales en cuanto a supervivencia) deberíamos darnos cuenta.