sábado, 6 de septiembre de 2008

El reencuentro

Hoy he vuelto a verla. Ha sido extraño. Siempre me pasa igual, me cuesta asimilar que estoy con ella. Menos mal que ahora escribo desde su ordenador mientras ella duerme en mi regazo. Por fin soy consciente de que estoy con ella y estoy contento: ya puedo disfrutar de su compañía. Aunque parezca extraño, el hombre tarda mucho tiempo en darse cuenta de lo que le ocurre alrededor. A veces, aun viendo lo que ocurre, uno es consciente de lo que ve hasta que lo pierde o pasa cierto tiempo. A mí, normalmente, me ocurría lo primero pero hoy me ocurre lo segundo. Es cierto que la primera y la segunda razón están unidas, pero si la primera razón ocurre después de la segunda, es que aún estás con ella. Todos estos razonamientos parecen extraños a estas horas, pero es lo que siento al verla otra vez. Ahora duerme tranquilamente sin ser consciente de que estoy escribiendo sobre ella. Mañana, en cuanto enchufe Internet, se dará cuenta de que mientras ella dormía, yo intentaba desmenuzar mis sentimientos.

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