miércoles, 14 de mayo de 2008

El ser y la apariencia

Aviso: Estos artículos los escribí, el primero, a principios de Terminale (Segundo de Bachiller), después de un verano muy bueno tras un curso para olvidar y, el segundo, el año anterior justo cuando las cosas empezaban a ir mal. Como bien se puede comprobar, han pasado casi año y medio del último, y las preocupaciones siguen siendo las mismas: seguimos ahogados en estereotipos que esconden nuestra genialidad y originalidad; nos hacen aparecer mediocres a la vez que nos hacen ser hipócritas y diferencian a los triunfadores y los perdedores. Como sigue aún ocurriendo, los triunfadores serían los hipócritas y los perdedores los sinceros. Ya sé que parece muy esquemático, pero es lo que he vivido en el colegio en el que he estudiado, y por lo visto después, debía de ser regla general en los demás centros educativos. ¿Cosas de la edad?

26 septiembre de 2006

Resaca de un aburrido día de clase

El otro día me dijo un amigo, o quizás una sombra que últimamente se mira más el fondo que la forma. Me aseveró que todo era artificial, llano, plano, finito, mortal, opaco, sin imaginación ni transparencia. El otro día me senté delante de la ventana a contemplar las maravillas de la civilización occidental. Vi a la vecina de enfrente colgando la ropa, oí a dos niños cuchicheando sobre qué narices hacía yo ahí. Entonces pensé que había llegado a el fin de la imaginación. Imaginé que todos íbamos en un mismo barco que poco a poco se iba hundiendo a causa de la falta de dirección. La masa puede que siga siendo tonta, pero los dirigentes no lo son menos. Estamos todos condenados a la gravedad de nuestros sueños (que caigan por su propio peso), a la falta de ideas. Vivimos en la era del estereotipo. Nuestras mentes están agazapadas ante él, eres modelo “A”, “B” o “D”, pero de ahí no hay salida. Han cercado los muros, han electrificado las vallas, están destruyendo nuestros cerebros, están obstruyendo nuestras intenciones, mantienen trucados nuestros colores y engañada a nuestra razón.

¿Por qué digo esto? Porque cada día me veo ahogado en mi propio aburrimiento, sospecho que en poco tiempo mi ocio no va a tener muchas alternativas. La macrocultura ha fracasado. Ésta solamente ha creado robots (nosotros) que trabajan en cadena y cometen los mismos errores que Aita cometió. Generación tras generación juramos y perjuramos que mejoraremos la especie, sólo la perpetuamos en su mediocridad infinita. Nos contentamos con ser mediocres cuando podemos ser geniales. Dentro de cada individuo hay un genio brillante que sirve para tal y para cual. El Hombre no somos multidisciplinarios, quizás por ello estamos frustrados. El cerebro y las palabras no van a la misma velocidad. Una idea necesita muchas horas, muchos debates para convertirse en realidad, a pesar de ser abstracta.

Hoy en día seguimos todavía condenados a soñar, no hay que contentarse con la mediocridad. A pesar de no haber construido este mundo, este mundo se hizo a la medida de todos.

De momento contemplemos las maravillas de la civilización que oponen a la masa simple y llana con el individuo raro y complejo. Hay que evitar olvidar que cómo nosotros no hay otro más. Al fin me levanté de la silla y me fui a la ducha, a limpiar mi conciencia.

16 noviembre de 2005

Transparencia

Desde hace un tiempo vengo dándome cuenta de que todo lo que reluce no es oro. Que puentes que parecían inquebrantables están siendo destruidos, amistades construidas sobre una base defectuosa: la mentira. En este siglo de la moda, dónde la apariencia es más importante que el cerebro; la hipocresía está de moda. Es muy fácil ser buen amigo, dócil, servil pero a las espaldas un zorro astuto que no hace más que la gente se dé cuenta de que es un mentiroso. La gente no es transparente y busca sólo su propio placer a través de la manipulación del más ingenuo, que no el más tonto, y encima a los que lo denuncian llaman egoístas. Todo el mundo no es hipócrita, eso es cierto, pero lanzar cuchilladas es fácil cuando el adversario está de espaldas, pero cuando está delante....

Cuando está delante son todo sonrisas y buenas caras para entre dientes comentar "vaya idiota" a todo el mundo mientras la victima de esto se cree que está delante de un amigo. Pero eso no se puede considerar amistad, porque la amistad está basada en la sinceridad y en la franqueza. Pero, ¡qué más da! Los que mandan hacen igual, sino, miren cuantos cambiaron de bando. Transparencia, sólo transparencia; menos sonrisas y más cosas provechosas para todos. Mentiras, si las dijesen...

Se coge antes al mentiroso que al cojo, pero dicen verdades a medias y, ¿quién coge a esos?


3 comentarios:

Nerea dijo...

No veo qué relevancia tiene la última aportación en tu comentario sobre las mujeres. Y no creo quieras decir que hoy en día vale lo de "dime cómo vistes y te diré quién eres". Y aunque las amamas no fueran tan "mitificadas" como se va hoy, lo que digo es que no iban con mariconadas de ningún tipo, con perdón de la comunidad homosexual.

Nerea dijo...

Y con respecto a lo que dices en tu entrada de hoy, me parecen reflexiones conocidas. Supongo que yo también las hice en su momento, sólo que no las escribí, y una va dando por hecho las cosas que aprende en la vida, cuando se convierten en obviedades.
La hipocresía es el gran mal de nuestro entorno, pero por desgracia es también el gran tópico. Todo el mundo odia la hipocresía, rechaza la mentira y anhela saber más. El problema es que estamos mudos, sordos y ciegos y no queremos saber más de lo que nos interesa. Por eso usamos la mentira y el ocultismo, porque nos hacen sentir felices cuando no lo somos ni por asomo.

Nerea dijo...

1 - Digo "ya conocidas" porque yo también he pensado en eso alguna vez, no creas que siempre vivo en mi mundo feliz de amigos inseparables que te quieren y confían en ti. ¬¬
Y sé que se repiten, "no hay nada nuevo bajo el sol", ya lo sabes.

2 - Utilizo la primera persona en plural porque mucha gente hace lo mismo, no porque todo el mundo sea igual. Sé que hay gente que se da cuenta e intenta cambiarlo, pero me parece que sigue siendo una minoría. He hablado de un tipo de personas, no puedo hablar siempre de cada pensamiento.