lunes, 3 de marzo de 2008

El pobre Jim (como cambian las cosas)

Narrador omnisciente

Jim tenía la escopeta de su padre en las manos. Estaba excitado y nervioso. Le temblaba todo el cuerpo pero su cara reflejaba su agitación ante la idea de ejecutar a su padre. Era un alcohólico que solía pegar a su madre y a su mujer. Además, era el centro de atención de la casa, lo que encolerizaba a Jim. Éste era un chico tímido que se pasaba todo el día entre libros, con el sonido de fondo de las palizas que recibía su madre en casa. Pero aquel día todo iba a cambiar. Jim avanzó cuatro pasos, abrió la puerta del cuarto de sus padres y antes de entrar preguntó:

- ¿Padre?
- Dime hijo. – respondió él.
- Voy a matarte.
- ¿Madre?
- Dime hijo. – respondió ella.
- Voy a liberarte

Y abrió fuego. El cuerpo de su padre quedó agujereado encima de la madre que tenía el torso lleno de sangre. Jim comenzó a gritar de alegría y excitado se acercó a su madre para abrazarla. Ella quedó conmocionada y sintió un escalofrío. Intentaba reprimir su alegría por la muerte de su marido. Se sentía culpable por celebrar que le pegasen cuatro tiros, aunque sabía que nunca jamás iba a volver a ser maltratada.

Cuando llegó la policía a casa, alertada por las insistentes llamadas de los vecinos, Jim seguía abrazado y consolando a su madre que aún permanecía inmóvil debajo del cadáver de su marido. Sabía que iba a ser detenido y con toda tranquilidad se entregó. Estaba orgulloso de lo que había hecho y no sentía ningún remordimiento. Sentía que había liberado a su madre a cambio de su libertad.


Narrador objetivo


El 29 de febrero de 1962, en un pequeño pueblo de Alabama, Jim Arnold, un joven de 13 años, cometió parricidio al encontrarse con la dantesca imagen de sus progenitores en pleno coito, mientras su madre estaba siendo brutalmente golpeada.

Según fuentes policiales, el menor arremetió a tiros contra su padre, con la escopeta de caza del mismo. El móvil del crimen puede deberse a que los abusos a la madre por parte del padre, alcohólico no rehabilitado, eran constantes y también es posible que este abusase de su hijo, pero esto no ha sido corroborado, ya que el hijo se abstiene ha declarar.

El supuesto homicida se quedó en casa, consolando a su madre, después de haber cometido el asesinato. Finalmente fue arrestado, ante la consternada mirada de su madre, cuando este se hallaba sobre el cuerpo inmóvil de su conmocionada madre.

PD: Hay que agradecer la colaboración al camarada Trencitas, sin él esta historia no seria posible.


1 comentario:

Bruno Sans Sánchez dijo...

Father
Yes son?
I'm gonna kill you.
Mother
Yes son?
I'm gonna...
Y en la versión original no censurada dice: FUCK YOU.

Somos todos unos jodidos Oedipos.