viernes, 8 de abril de 2011

La posmodernidad, ese gran 'glotón'

Reflexión para la asignatura de Filosofía


Exhalaba Harry Haller, alter ego de Hermann Hesse en El Lobo estepario, que la vida de un ser humano se convierte en “verdadero dolor” cuando “dos épocas, dos culturas o religiones” se cruzan y que por eso, algunas generaciones pierden “toda naturalidad, norma, seguridad e inocencia”. Algo así ocurre hoy día con lo que se ha denominado la Posmodernidad. Es evidente que desde la Ilustración, las condiciones han cambiado, pero en el último siglo las condiciones han mutado a gran velocidad y nos encontramos en un mundo totalmente diferente al que vivieron nuestros padres. Aun así, la pregunta es si la Posmodernidad existe o si es la prolongación de la Modernidad. Ulrich Beck, por ejemplo, defiende que este cambio tiene por detrás una ideología. En su trabajo Dadas las circunstancias, el filósofo no niega que exista un cambio en el modelo de producción; pero defiende, creo que con razón, que es la vuelta al capitalismo más puro. Porque es innegable que desde la caída del Muro de Berlín, el marxismo ha sido prácticamente marginado en las sociedades occidentales, por lo que el método de análisis de la lucha de clases ha quedado postergado a ámbitos académicos y también la única alternativa que hacía sombra al capitalismo. De hecho, la afirmación de Beck de que esta etapa es un “capitalismo más puro”, se puede unir perfectamente a lo que desarrolla Jameson en su Lógica cultural del capitalismo tardío. El capitalismo defiende la supresión de las aduanas y en la Posmodernidad esta idea se ha trasladado a otros campos. El peligro atómico ha demostrado que, al final, las fronteras son sólo líneas pintadas y que hay riesgos que son mundiales.

Estos cambios en la lógica social, ha traído cambios de pensamiento y ha conllevado la caída de lo que se llamaron los “grandes relatos”. Ya no hay quien legitime las grandes narrativas que describían de manera científica cómo liberar al Ser Humano. De hecho, esos movimientos han quedado en evidencia por su tendencia a provocar catástrofes como los Gulags, Campos de Concentración o los genocidios que han sido las más formas más racionales de asesinar que se han inventado nunca. De este mismo modo, el método científico en general y el sistema democrático han quedado también debilitados, ya que se han mostrado falibles ante ciertos problemas y únicamente persiste un modelo basado en la omnipresencia del mercado y la apatía social. Así, no es extraño que ante las crisis actuales, los seres humanos se muestren escépticos y se encojan de hombros ante la incertidumbre que se descubre en el futuro. Es normal, porque lo que se ha intentado vender como infalible, se ha demostrado que es imperfecto. Es también por eso que la sociedad ahora mismo es “empírica, caótica y heterogénea” (Jamenson) y las personas que la habitan tienen como interés supremos su propio bienestar. Esta visión no está muy alejada del Romanticismo, ya que el romántico era individualista y algo egoísta. Tampoco la atomización de las “emociones sociales” es algo propio de la Posmodernidad. Alguien identificado con la Modernidad como Elliot afirmaba que la poesía era una fuga de la personalidad y de la emoción.

Estas razones dan a entender que, como defiende Callinicos, la Posmodernidad se ha apropiado de los rasgos de la Modernidad. De hecho, parte de nuestra confusión viene realizamos una metonimia con esta época. Confundimos una parte de la Modernidad con toda. Porque la Modernidad, al igual que la Posmodernidad, es una época plural, ya que no se han puesto en práctica de la misma manera en el Planeta Tierra. De la misma manera, la Historia es una metamorfosis constante: nada se destruye; sino que se transforma. La Modernidad no es ajena a esta ley y está en plena mutación. Aun así, no se podría decir que haya desaparecido, porque la sociedad industrial o los Estados-nación siguen existiendo. Es por eso que creo el Postmodernismo significa que estamos en la época final del Modernismo, ya que sus propias instituciones están transformándose y su papel y posición en la sociedad está cambiando.

Hoy día puede que vivamos el crepúsculo de la Modernidad. Sin embargo, no creo que seamos capaces de atisbar cuál va a ser el nombre que pondremos a la época que venga para distinguirla de la actual. Sólo los Ilustrados fueron capaces de identificarse ante la Historia. Del mismo modo, los rasgos que aplicamos a la Posmodernidad son apropiaciones o mutaciones de los que definieron a la Modernidad. Dicen que hoy día el hombre por dentro está “roto en mil pedazos”, porque ha perdido los grandes referentes. Harry Haller, el alter ego de Herman Hesse en El Lobo estepario, era también un “ser mixto”: por un lado era un lobo estepario y por el otro una persona “normal”. ¿Será característica de la Modernidad o era Hermann Hesse otro precursor de la Posmodernidad?

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