El sábado pasado leía atónito en Gara las declaraciones de Uxue Barkos. Me quedé perplejo, la verdad, con lo que leía. Afirmaba ella que los obstáculos de Nafarroa eran ETA y UPN. No entiendo la posible comparación. Mientras unos reprimen a una cultura primitiva, su pueblo y sus símbolos, los otros dejan sus vidas en el exilio y la lucha por esos ideales. Quizás para muchos no sea el camino, es discutible, y hayan cometido erros, pero siendo el objetivo el mismo me parece hipócrita esta crítica.
Y digo esto porque últimamente el “nacionalismo democrático”, por no llamarlo autonomismo con base nacionalista, está siendo atacado. Sufren ataques a sus sedes sociales (Batzokis, sobre todo) y coacciones a sus concejales y a la vez sufren a los jueces españoles y su democracia de espada, hacha y corona. Lo del caso Atutxa no ha sido más que la punta del iceberg de un proceso represivo contra el movimiento soberanista vasco, sólo que en su vertiente más “light”. Pronto, el Lehendakari (elegido por tres de las siete provincias) será juzgado y quizás también inhabilitado. A pesar del peligro, el PNV sigue con el mismo camino: buscar el pacto en Madrid con el PP o PSOE.
No se entiende esa política suicida. Sólo cabe pensar que buscan algún tipo de beneficio, no político, en esos pactos. Seguramente se pueden conseguir transferencias, pero el Estatuto de Autonomía siguen sin cumplirse. ¿No se dan cuenta de que ese modelo está obsoleto? ¿No creen que ya es hora de dar carpetazo a aquel fraude? Económicamente nos ha salido de perlas, vivimos bien. Políticamente, la represión sigue su curso y nuestro país es virtual. El GAL desapareció, pero siguen habiendo muchos torturados y represaliados. Los partidos españolistas no han cambiado sus posiciones. Siguen echando fuego sobre nuestra tierra para sacar beneficio en España. Quieren quemar nuestra sociedad para oxigenar a otra. No hay más que oír a los de las Nuevas Generaciones con el “Españako Selekzioari Bai”. ¿Acaso no es eso provocar?
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