jueves, 24 de enero de 2008

"Como las vacas al tren"

A veces leo atónito los periódicos que hablan de cosas anormales y lamentables como si fuesen anodinas y casi transparentes. Se habla de muertos, de vivos, de armas y de hambre con toda naturalidad. Es el pan de cada día de muchos, pero eso no quita que no se pueda ver desde una óptica pasota. Se comenta que es una barbaridad pero no pasa nada. Falta empatía igual.

La vida es así. Vas cogiendo costumbres que de un día a otro cambian. Un día una cosa es rarísima y al siguiente no puedes vivir sin ella. Son los vicios o los apegos o el amor a alguien que te hace sentirte especial. Estos últimos tiempos he vivido una existencia anormal. Lo que hago no es lo que hacía antes. Siento a veces que yo debería estar al otro lado. Siento que yo debería ser el que hace esos comentarios para joder (en el buen sentido de la palabra) y no el que los recibe. No era yo el que cogía de la mano, daba besos y decía ñoñeces que antes me habrían hecho odiarme.

Y es que pasa que los tiempos cambian muy rápido y uno no se da cuenta. El tiempo corre pero ello no quita que lo tome en cuenta y luche por conservar lo que tiene y lo que aprecia. Eso quizás lo hace porque no quiere que los tiempos se lo lleven por delante, que vuelen. Por lo menos, eso intento yo con lo que no quiero que se escape.

1 comentario:

Bruno Sans Sánchez dijo...

Bueno. Los Ñoños tarde o temprano invadirán el mundo. Has hecho bien en escoger un bando.
¡¡¡SUPER ÑOÑO!!!

Jajaja. Tqlo