viernes, 21 de agosto de 2009

El peligro está en casa: aportaciones vascas a la simbología ultra española (I)

Son muchas las veces en las que a los vascos, sobre todo a los que somos abertzales, nos insultan cantando el “Cara al Sol” o dando “Vivas a la Guardia Civil”. Nos gritan esto, porque saben quienes lo hacen, la mayoría de veces suelen ser aduladores del fascismo, que nos duele escuchar vivas a estos símbolos de la opresión española en Euzkadi. Pero quienes nos gritan estas cosas no saben que esos símbolos de opresión, tanto vasca como española, nacieron en nuestra propia casa. Los fascistas españoles y patanegras adyacentes desconocen que estos símbolos del españolismo más cerril e intransigente, el que ahora es “de centro reformista y liberal”, son casi genuinamente vascos. Es más, me atrevería a decir que euskaldunes, ya que muchos de los creadores eran vascófonos de cuna. He aprovechado el nuevo hilo del Sr. Erkoreka para profundizar sobre tres símbolos hispánicos, que fueron creados o inventados por vascos.

El primer símbolo es la propia Hispanidad. Esta idea es la abstracción de lo “español” e “hispano”, que caracteriza a todos los pueblos “hijos de España”, unido a la tradición católica de España. La idea de la “Hispanidad” surgió de un cura vasco de Abadiño. Zacarías de Vizcarra, así se llamaba, había escrito un breve catecismo en euskera (Cristiñavaren Jaquinbide Labustua) antes de crear el término. El vizcaíno, que hacia 1930 vivía en el exilio argentino, opuso la “Hispanidad” a la “Raza”, comparándola con la Cristiandad que reagrupaba a los pueblos cristianos. Vizcarra quiso reagrupar a todos los pueblos “hispánicos” bajo ese nombre, pero además dotó a su invención un toque tradicionalista católico bastante tenebroso. Vizcarra postulaba que España y su “estirpe” tenía dos misiones para salvar a la Humanidad cristiana; la primera era derrotar al “Anticristo y a toda su corte de judíos en el nombre de la Cruz” y el segundo “cantar un día el Credo de Nicea en la mezquita de Santa Sofía, después de haber rasgado en su pórtico, entre los aplausos de la Morisma bautizada, los falsos mandamientos de Mahoma”. Fue, además, gracias al vitoriano Ramiro de Maeztu que la Hispanidad fue la fiesta española por excelencia.

Vizcarra organizó unos años más tarde, con otros “apóstoles de la paz y la concordia”, el “Congreso Eucarístico Internacional” de Buenos Aires en 1934. En aquel cónclave, tomó la palabra el insigne Cardenal Gomá, y en nombre de la Iglesia Española tomó como ideología eclesiástica la Hispanidad de Vizcarra que, entre otras cosas, defendía que América era obra de España y que, por ello, era obra de cristiandad. Aun poniendo reparos, además advertía de cómo hacer más “eficazmente raza” y trabajar por ella. Goma, entre otros, fue de los curas que estaban allanando el terreno para la sublevación franquista del 36, que tildó de lucha contra los “Sin Dios”. Vizcarra, que fue luego colaborador del obispo de Toledo, antes de fallecer escribió otra obra llamada “Vasconia españolísima” en la que defendía que los vascos, de ascendencia cántabra, éramos los fundadores de la actual España, ya que poblamos castilla y les dotamos de una dinastía. Postulaba también que el euskera era la lengua de la España indígena y que el País Vasco Continental era “la primera colonia española”. Aunque lo más delirante era que Vizcarra opinaba que el nacionalismo vasco era cosa del “malvado francés” y que era utilizado éste por el marxismo. Aparte, escribió 4 letras para el himno de España, de las cuales una era religiosa, otra española y las otras dos hispanoamericanas.

Fuente: Biografía de Vizcarra, Discurso Gomá, y Wikipedia

Continuará...

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