La "cyber-mujer" florero

Muchas mujeres alardean hoy con supina prepotencia de ser más inteligentes que los hombres. Dicen que nosotros únicamente pensamos en sexo; mientras que ellas pueden “hacer dos cosas a la vez”. Nos acusan de superficiales mientras que ellas buscan el amor de su vida. Mienten. Y lo saben. No hay más que releer alguna de esas revistas “de mujeres” en las que se habla de horóscopo, hombres y “cómo escalar laboralmente gracias a un buen suflé”. De hecho, esas publicaciones que tanto leen las tratan como objetos. Las mujeres se convierten en seres sofisticados que tienen las mismas preocupaciones que las huecas mujeres “florero” de toda la vida. Pura superfluidad. Siguen igual de acomplejadas por gustar a los hombres y por verse guapas. La diferencia estriba en que ahora tienen preparación. Antes las mujeres, desgraciadamente, eran preparadas para ello.

Muchas veces cuando se produce una opresión se culpa únicamente al opresor. Se mira más a las circunstancias que a la esencia del problema mismo. Si las mujeres quieren creerse realizadas por traer dinero a casa, seducir hombres y ser esclavas de su físico es su problema; sin embargo que no nos culpen a los hombres. No diré yo que no es parte nuestra culpa, pero en este sistema actual en el que la ética prima la igualdad, lo que no es normal es que las primeras que se tomen por imbéciles sean ellas mismas. Y eso no es lo más grave; lo ridículo es transformar esa “mujer florero independiente” en el sumum de la mujer moderna porque fuma, bebe, es afortunada en los negocios y alterna con hombres por pura vanidad sin darle mayor sentido a la vida. Es como cuando aquel cerdo llamado Napoleón se levantó de sus patas y anduvo como un hombre. Al final, lo único que hizo fue dar una vuelta más de tuerca a su opresión, sólo que se creyó haber liberado.