Grecia ardió ayer. Era otro acto de indignación de la población griega que ve como su Gobierno sigue recortando aspectos tan fundamentales para los ciudadanos griegos como las pensiones o el sueldo mínimo. El premio era evitar la quiebra de Grecia y por ahora se ha conseguido. Aun así, a mí hay algo que no me cuadra. Según publica El Mundo, el Gobierno heleno incluye en su plan "la condonación de 100.000 millones de euros de la deuda en manos privadas". No parece una medida austera perdonar tanto dinero a "manos privadas" y menos cuando ha sido por "perdonar impuestos" que el Estado ha colapsado. Entonces, ¿por qué?
Para justificar estas recapitalizaciones y medidas anti-sociales se suele aludir a la competitividad. De hecho, el Comisario de Asuntos Económicos y Monetarios europeo, Olli Rein, aplaude la aprobación de los recortes porque, a su juicio, pone fin a la "pérdida de competitividad griega". A mí esto me suena a excusa, la verdad. Lo que no se quiere decir es que la política ha perdido la batalla ante la economía. Los grandes grupos financieros, cuyos capitales son mayores que algunos estados, son quienes tienen el poder realmente. La subida al poder de la "troika griega" y de Monti en Italia han sido golpes de Estado encubiertos. Otra cosa es que hayan calmado a los mercados o que, como apunta Iñigo Domínguez, pueda cambiar el modo de actuar de los italianos.
En mi opinión, la mayor injusticia de estos recortes que asolan Europa es que se está castigando solo a los ciudadanos de a pie. Es verdad que se ha vivido por encima de las posibilidades. Pero solo ha sido posible gracias a que se permitió a bancos e inmobiliarias ofrecer condiciones que se sabían inviables a la larga (hipotecas a 40 años, pensar que se iba a crecer siempre...). Por eso, es muy grave que algunos de los responsables de que se desahucie a tanta gente, pueda cobrar indemnizaciones monstruosas. De hecho, esta insólita medida solo se entendería si el objetivo hubiera sido "bancarizar" el sistema de cajas; propósito que se ha cumplido en el Estado español. Si así fuera, ¿no sería mucho mejor admitirlo? ¿No es mejor decir que se ha querido desmantelar el Estado del Bienestar porque no era económicamente "beneficioso"?
Volviendo a Grecia, ayer en Twitter #EstamosconGrecia fue trending topic (tendencia). Yo me pregunté si estaba con Grecia o no. Primero pensé, de forma exagerada, que "estamos como Grecia", algo que hoy se ha acentuado después de leer a Andoni Ortuzar. Luego, tras discutirlo con varios allegados, he pensado que sí, pero que también estoy con los griegos. Pero igual que estoy con los de ciudadanos de Zambia o con los estadounidenses. Hemos cometido errores, porque pensamos que las diferentes burbujas económicas nunca explotarían. Sin embargo, tenemos derecho a cambiar y es algo que se nos está negando.
La Historia es caprichosa. Por eso es curioso que sean los griegos, de quien adoptamos el concepto actual de la democracia, los primeros que han protestado enérgicamente. No es solo un problema económico; sino también es de falta de ilusión. Porque no poder soñar que otro mundo es posible ni poder intentarlo es el mayor delito que se ha cometido en esta crisis total del sistema occidental. Nos hemos acostumbrado a esto, como si no se pudiera buscar una alternativa.
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