martes, 14 de julio de 2009

Tiempos de soledad

Todo humano tiende a superarse. Todos queremos hacer las cosas mejor y conseguir lo que deseamos, aunque después queramos más. Es ese afán el que nos hace seguir adelante en la vida, es esa ilusión por obtener los desconocido o recuperar lo perdido. Sin embargo, hay pequeños descansos en los que uno no sabe qué desea, puesto que quizá no sea lo que más le convenga o no está preparado. Los cambios bruscos pueden ser para mejor, pero una resaca es muy dura, más aún en tiempos de soledad. Tiene que ser complicado vivir solo, más bien, sobrevivir. Porque aunque es mejor estar solo que mal acompañado, la falta de relación con otra persona al final acaba pasando factura. Por eso, yo admiro al eremita que triunfa en la vida.

Es muy común, desde un punto de vista únicamente romántico y estético, ver la soledad como algo sublime, como la expresión de la belleza según la tristeza. Es el pensamiento humano en estado puro y un gesto asociado a la sabiduría. Por eso, la gente se hace fotos pensativo, porque así cree que es más interesante e inteligente. Puede que dé la facha, pero quién es interesante lo será pose o no, ya que “aunque la mona se vista de seda, mona se queda”. Los gestos, gestos son. Aunque canalicen la resignación por un mundo tan distinto al que soñamos.

Hubo un tiempo en el que yo también amé la soledad. Era un reto apasionante. Era la superación propia, el poder tirar solo del carro mientras los demás lo hacían acompañados. Era ser fuerte, sentirme superior a los demás. Sin embargo, ahora me parece más un lastre. Quizás sea porque he experimentado otras cosas que parecen más atractivas. Aun así, creo que es imprescindible tener un rincón en el que estar con uno mismo. Igual por eso las parejas tienden a distanciarse. Puede que al no saber medir los tiempos de soledad se vayan al cuerno. Es una tesis como otra cualquiera, pero que también es válida. Las cosas son muchas veces inexplicables desde el punto de vista humano. Es el síntoma de nuestra lucha sin brújula por la perfección.

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