viernes, 6 de marzo de 2009

La hora de la "transversalidad"

Desde hace mucho tiempo venimos hablando de la “transversalidad”. Es un concepto político que si no me he enterado mal es el acuerdo entre diferentes partidos con ideologías distintas u opuestas en búsqueda de una mayoría social a través de un pacto de gobierno que resuelva o intente hacerlo los principales problemas de la sociedad. Lo que en tiempos de crisis se llama responsabilidad y lo que, por ende, comporta una fidelidad y respeto mutuo. Esa propuesta es la que el PNV ha acercado al PSOE. Una propuesta para que en estos tiempos convulsos para la política vasca y española haya una estabilidad en las instituciones de manera que los ciudadanos no paguen los rifirrafes entre políticos. Esta propuesta está basada en tres ejes: la crisis, la paz y la construcción nacional.

El primer punto exige superar la crisis económica que padecemos. Una crisis a la que hay que combatir para poder salir indemnes. Una crisis que nos afecta a todos, indistintamente la condición social o ideología política. Una crisis de la que saldremos si trabajamos todos juntos en base al trabajo y a los planes a largo plazo. Sin parches y con soluciones concretas. Así como se hizo en los años 80. Porque debemos mantener las cuotas de empleo lo más altas posibles ya que el empleo es lo que desarrolla al ser humano. En definitiva, mantener la cohesión social y mantener el bienestar que tenemos sin pagar justos por pecadores. Para eso, se necesita el compromiso de las instituciones. Así como para desarrollar el autogobierno vasco que tantos frutos nos ha dado. Ese autogobierno que está amputado pero que seguimos reivindicando desde Euskadi. Por eso, es necesario el compromiso del Estado con el Estatuto. Ese acuerdo es necesario para que las transferencias no sean concesiones en tiempos difíciles, si no realidades y para que el autogobierno vasco sea una relación bilateral entre el Gobierno vasco y el español. Es intolerable que 30 años después, esta Ley esté incumplida y más que los socialistas y populares no hayan sido capaces de asimilar la originalidad vasca y las leyes que así la contemplan (Estatuto de Gernika y Constitución española) que ellos mismos dicen defender y apoyaron en su día. Esto exige el segundo punto, un acuerdo institucional para el desarrollo del autogobierno. El tercer expone la temática del conflicto político y aborda el desarrollo de los Derechos Humanos. Y es que no vale sólo con decir “ETA KANPORA” si no que hay que luchar por la deslegitimación social de la banda. Eso no es ilegalizar Batasuna, si no combatirles con la palabra. Sólo así se consigue minar su base social. Cada golpe que recibe hace más fuerte a la organización. Además, si el fin no puede justificar los medios para ETA, ¿por qué para el Estado ha de hacerlo? ¿Acaso no debe rendir cuentas ante los ciudadanos? Porque el Estado no es perfecto ni los que lo llevan tienen un poder ilimitado ni son impunes a la Justicia. El respeto a las minorías y el diálogo deben ser claves para la resolución de problemas. Sólo el respeto mutuo puede infundir algún respeto. La coerción y la amenaza sólo consiguen sumisión pero jamás convencen. Y esas conductas deben ser erradicadas de un país que se dice democrático y que quiere resolver un conflicto político.

Hemos aquí pues, la propuesta del PNV para evitar frentes: ser “transversal”. Algo a lo que el PSOE se decía dispuesto en campaña pero que ahora, que los vascos hemos votado, parece haber olvidado. No sé qué pensaba Patxi López que iba a tener en las elecciones pero quién engaña una vez, engaña siempre. Aunque ahora lleve ikurriña en la solapa. Y es que esta propuesta tendría sentido si hubiese un diálogo. Pero con este PSOE sordo que sigue emperrado en “Patxi Lehendakari” no hay nada que hacer. Si condicionan y subordinan el porvenir del país a la Lehendakaritza están cometiendo una grave irresponsabilidad que los vascos acabaremos pagando. Basagoiti ya avisó que iba a cambiar EiTB. ¿Será un aviso?

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